SEVILLA, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 90 ciento de los 40.000 andaluces mayores de 65 años que viven en algún tipo de centro residencial sufren depresión o deterioro cognitivo, segun datos de la Sociedad Española de Psiquiatría Geriátrica (SEPG), que añade que a este número hay que sumar entre el 10 y el 25 por ciento, unas 70.000 personas más, del resto de mayores que viven de forma no institucionalizada, ya sea individualmente, en pareja o en familia.
La depresión y el deterioro cognitivo, incluyendo las demencias, son los dos principales trastornos mentales que padecen las personas mayores. En Andalucía, 1.140.000 personas ya superan los 65 años, siendo la edad uno de los principales factores en el deterioro cognitivo.
De hecho, el presidente de la SEPG, Raimundo Mateos, quien además es profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Santiago de Compostela y responsable de la Unidad de Psicogeriatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, ha recordado que estos trastornos psiquiátricos han crecido "considerablemente" en los últimos años, "sobre todo por el envejecimiento de la población".
Pese a ello, ha reprochado que estas personas "no disponen de la atención especializada ni de la psiquiatría geriátrica, la cual atiende desde cincuenta años, las patologías psiquiátricas de los mayores, institucionalizados o no".
Aún con todo, como ha recordado este experto, "apenas existen unidades de Psicogeriatría Geriátrica en el sistema público de salud, ni siquiera una de media por cada autonomía, un tipo de atención psiquiátrica que tampoco está reconocida oficialmente como subespecialidad".
Además de la depresión y el deterioro cognitivo, otros problemas mentales que destacan por su número y prevalencia entre los mayores son los trastornos de personalidad, las neurosis o la ansiedad, "que se atienden con tratamientos armacológicos y sistemas sanitarios que no funcionan, que no son efectivos".
Según defiende, ello se debe a que son tratamientos "de carácter genérico y no específico, no están adaptados a las circunstancias de la Tercera Edad, ni están tan reconocidas como en el caso de las terapias y la atención psiquiátrica del resto de la población".
"Es imprescindible el reconocimiento oficial de la subespecialidad de Psiquiatría Geriátrica en España, la potenciación de los servicios psicogeriátricos, y la investigación epidemiológica y clínica sobre aspectos de la salud mental de las personas mayores", añade Mateos, para quien se hace de rigor "especialmente el establecimiento de más unidades de este tipo de atención médica en el sistema sanitario público, una de ellas al menos por cada provincia".
