SEVILLA 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, ha destacado la recuperación del Pabellón de la Navegación en Sevilla como espacio museístico y lo ha puesto de ejemplo "para demostrar que cuando se decía que el pago de la 'deuda historia' tenía que ser en metálico, con la aceptación de este tipo de patrimonio se demuestra que estos edificios tienen mucho más valor que una cantidad económica fija".
La consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, visitó el Pabellón de la Navegación de Sevilla y su exposición permanente, dedicada a la navegación atlántica, y recorrió su gran mar de luces y sus diferentes salas.
Martínez Aguayo se ha mostrado "muy contenta de hacer esta visita a un pabellón recuperado para Sevilla, por parte de la Junta de Andalucía y la sociedad Agesa, que es una de las empresas que se dieron a la Junta como parte del pago de la 'deuda histórica'".
A su juicio, este espacio "supone un atractivo muy importante", toda vez que "se recupera para toda la ciudadanía un edificio muy emblemático de la Expo que se revitaliza como espacio museístico y de servicios, que irá creciendo poco a poco".
Ha apuntado que este edificio "se pone en relación con el resto de la Cartuja y el paseo del Guadalquivir y sus jardines, zonas que estamos también recuperando y que constituyen una zona de interés turístico, que añade atractivo a Sevilla".
Martínez Aguayo ha indicado que "cuando se decía que el pago de la 'deuda histórica no tenía que ser en metálico y que se aceptaba este tipo de patrimonio, ahora esto demuestra la importancia de dicho patrimonio, de mucho más valor que la cantidad económica fija, pues permanentemente funcionará al servicio de los andaluces".
EL EDIFICIO
El pabellón de la Navegación, construido para la Expo 92 de Sevilla e inscrito en el catálogo de edificios históricos protegidos por la Junta de Andalucía, abrió sus puertas al público el pasado 2 de enero, una vez concluida la amplia remodelación a la que ha sido sometido, y que ha permitido hacer compatible su uso como centro de congresos y eventos con los usos culturales y lúdicos.
La Empresa Pública de Gestión de Activos, dependiente de la Consejería de Hacienda y Administración Pública y propietaria del edificio, ha invertido en el proyecto más 11 millones de euros. La reforma del edificio ha corrido a cargo del arquitecto que lo proyectó, Guillermo Vázquez Consuegra, mientras que el diseño de la exposición es obra de la empresa sevillana GPD, dirigida por Boris Micka.
Uno de los grandes atractivos de la nueva exposición permanente es su gran mar de luces, compuesto por 14.500 led y medio millón de puntos de luz por el que navegan las almas de algunos de los hombres y mujeres que han protagonizado la aventura atlántica desde la época del Descubrimiento. Se trata de historias reales, extraídas del Archivo de Indias con el asesoramiento del americanista Juan Emilio Pérez Mallaína.
Por su parte, la sala dos del pabellón está conformada por un gran mural azul, obra del reconocido ilustrador mexicano Gabriel Pacheco, incrustado de objetos reales y que recorre la historia de la navegación con las maquetas de los barcos antiguos marcando el paso de los siglos. En la sala tres, se puede simular el manejo de un barco mediante un juego interactivo multimedia diseñado por la productora española Pasos Largos.
La gran novedad de este juego, titulado 'La vida a bordo', es que permite que cinco jugadores actúen de forma simultánea sobre una inmensa pantalla de 22 metros de longitud, partiendo de la idea de que el manejo de un barco es un trabajo en equipo.
En la sala cuatro, denominada 'Visiones históricas de Sevilla', dos pantallas interactivas ayudan a comprender la evolución de la ciudad a través de los siglos, con la navegación y el río Guadalquivir como ejes. La visita se completa con una subida a la Torre Schindler, convertida en un mirador privilegiado de la capital.
El centro expositivo puede visitarse de 10,00 a 19,30 horas de martes a sábado y de 10,00 a 15,00 horas los domingos y festivos. La entrada normal costará 4,90 euros y la de tarifa reducida, aplicable a grupos, estudiantes, familias numerosas, mayores de 65 años y menores de 14 años, 3,50 euros. Los niños de hasta dos años entrarán gratis.