Suben los casos de alergia en niños por el incremento de partículas de combustión diesel en la atmósfera

Actualizado: sábado, 11 abril 2009 14:20

SEVILLA, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

Se prevé un aumento de las alergias del 15 al 20 por ciento en niños menores de 14 años, puesto que, entre las causas, la doctora del Instituto Hispalense de Pediatría (IHP) Inmaculada Vázquez, apuntó al incremento de partículas de combustión diesel en la atmósfera de nuestras ciudades, tal como indica en un artículo en el último número de la revista 'Mi Pediatra'.

Según informó en un comunicado, "en los niños la prevalencia de la alergia al polen o polinosis es ligeramente menor que en la edad adulta". En este sentido, indicó que "en los últimos años se ha duplicado el número de pacientes alérgicos al polen en el medio urbano, respecto al medio rural".

Así, en la edición de abril de la revista 'Mi Pediatra', expone que este aumento de los niños polisensibilizados se debe al "incremento de partículas de combustión diesel en la atmósfera de nuestras ciudades".

"Estornudos continuos, picor en nariz y ojos, taponamiento nasal, 'agüilla', enrojecimiento ocular, tos, pitos, ahogos e hinchazón de la piel son los síntomas que delatan que su hijo puede ser alérgico. Éstos, pueden aparecer a cualquier edad, aunque con más frecuencia debutan cuando se han vivido al menos dos primaveras", apuntó la doctora.

"Los síntomas de la alergia aparecen por la unión de unos anticuerpos (defensas fabricadas por el individuo ante distintos agentes) con el polen con el que está sensibilizada la persona. Estos anticuerpos se encuentran en la conjuntiva ocular, mucosa nasal y mucosa del árbol bronquial", explicó.

Una vez detectados los síntomas, la doctora recomienda acudir al pediatra, "quien realizará una prueba poco sensible (Padiatop-Infant) pero que le servirá de orientación, junto a los antecedentes familiares o la persistencia de los síntomas durante más de dos semanas para mandarlo o no al especialista".

El alergólogo por su parte, "tras realizar una buena anamnesis y una exploración clínica, llevará a cabo un estudio inmunoalérgico, que incluye la realización de pruebas alérgicas (prick-test) con una alta sensibilidad, fácil, rápida y de muy bajo coste".

"Pero las papeletas para ser un niño alérgico se acentúan si los padres son alérgicos, ya que la posibilidad oscila entorno al 30 y al 70 por ciento", dependiendo de si el alérgico es uno o son los dos progenitores, de si se ha nacido entre uno y tres meses antes de la estación polínica, "de si se ha padecido alergias alimentarias en los primeros años o bronquiolitis en los primeros meses de vida", concluye la doctora Vázquez.

CÓMO TRATAR LA ALERGIA AL POLEN

En el artículo del último número de la revista 'Mi Pediatra' también se apuntan las principales líneas a seguir en el tratamiento. En primer lugar, se destacan las medidas para evitar el alérgeno y la educación del paciente y de sus progenitores: "mantener ventanas y puertas cerradas el mayor tiempo posible --sobre todo a primeras horas del día y al atardecer, que es cuando se registran los mayores niveles de polinización--, evitar salidas al campo, usar gafas de sol, llevar las ventanillas del coche cerradas, evitar realizar ejercicio intenso al aire libre y los cambios bruscos de temperatura", son algunos de los consejos.

Además la doctora Vázquez apuntó las características del tratamiento farmacológico, "que calman los síntomas, pero no curan". "Los más utilizados, en la rinoconjuntivitis, son los antihistamínicos orales de segunda y tercera generación (no provocan somnolencia), antihistamínicos tópicos (nasales u oculares), y corticoides nasales tópicos.

En cuanto a la vacuna específica, aceptada por la Organización Mundial de la Salud desde hace años para el tratamiento de las alergopatías, la doctora subrayó que "constituye el único tratamiento etológico y en un alto porcentaje, curativo, capaz de modificar el curso natural de la enfermedad alérgica".

Según apuntó "consiste en la administración progresiva de dosis crecientes del alérgeno con el fin de habituar al organismo a los pólenes responsables de la reacción alérgica. Su duración comprende un periodo mínimo de tres a cinco años, pudiendo suspenderse una vez cumplimentado dicho tratamiento y presentar al menos una primavera sin síntomas.

La vacuna será más eficaz si el paciente está monosensibilizado, pero dado que cada vez es más frecuente la aparición de polisensibilizaciones, se aconseja no mezclar más de dos o tres pólenes, una vez comprobada la relevancia clínica de éstos en el paciente".

Asimismo, indicó que "las vías de administración son tres: subcutánea, sublingual y recientemente existe en el mercado una vacuna oral de gramíneas, aunque por el momento en España no está indicada para niños".