SEVILLA 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las familias de etnia gitana exiliadas del Polígono Sur por temor a represalias tras la muerte de un menor en un tiroteo, algunas de las cuales habrían retornado a sus viviendas tras el éxodo chabolista protagonizado durante tres meses, sufren "una división bastante grande" y han comenzado a disgregarse en "sectores", según el educador social Jorge Morillo, quien ha mediado en el conflicto que rodea a estas personas.
En declaraciones a los periodistas, Jorge Morillo explicó que el sepelio celebrado ayer en el cementerio de San Fernando, donde fue enterrado el recién nacido fallecido en el hospital Virgen del Rocío sólo 25 días después de ser parido por una de las mujeres del colectivo, reflejó la "división" que sufren estas familias que, tras un tiroteo con un clan rival en el que murió un menor, abandonaron el Polígono Sur por temor a represalias.
Mientras algunas de las familias habrían abandonado el asentamiento chabolista del puente de hierro de San Juan de Aznalfarache y el puente de Juan Carlos I, al que regresaron tras ser desalojados de allí mismo el pasado 3 de julio, para ocupar nuevamente las viviendas que abandonaron en el Polígono Sur, Morillo lamentó que estas personas hayan irrumpido "a las bravas" en los pisos precintados por la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio.
"No sé qué es lo que va a pasar", confesó en cuanto a la reacción que el clan al que pertenecía el menor fallecido podría protagonizar ante el regreso de estas personas al Polígono Sur, al que inicialmente no podrían retornar al menos hasta el mes de septiembre según un acuerdo alcanzado entre ambas partes.
De cualquier forma, insistió en que las familias sufren una "división bastante grande" y, de hecho, en el entierro del bebé, cuya madre era menor de edad, se echó en falta la presencia de "algunos sectores" que no habrían asistido al acto fúnebre, mientras tras el sepelio se habría declarado una disputa entre los propios asistentes.