SEVILLA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) - La calle Don Remondo ha acogido este viernes el acto homenaje, con la tradicional ofrenda de una corona de laurel, al concejal popular Alberto Jiménez-Becerril, asesinado por ETA hace 17 años, junto a su esposa, Ascensión García, un acto que ha contado con la presencia de el ministro de Justicia, Rafael Catalá; el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y Teresa Jiménez-Becerril, eurodiputada y hermana de edil asesinado, donde se ha reclamado el cumplimiento íntegro de las penas de los terroristas y la necesidad de que no se olvide lo ocurrido, bajo las premisas de memoria y dignidad. En el acto han estado presentes los hermanos e hijos de Alberto y Ascen, arropados por multitud de sevillanos que se acercaban hasta las inmediaciones del lugar donde ambos fueron abatidos, y donde también han estado presentes la corporación municipal, encabezada por el alcalde y los portavoces de los tres grupos con representación local --PP, PSOE e IU--, además de la delegada de Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo; la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril y el presidente del PP-A, Juanma Moreno, entre otros. En este marco, Zoido ha subrayado que permanecen en el recuerdo de los sevillanos Alberto y Ascen, quienes "creían en la democracia y servían a Sevilla, uno como concejal y la ella como procuradora". "Seguimos teniéndolos presentes y seguimos defendiendo lo que ellos querían", recalca, insistiendo en que estas acciones "no pueden salirles gratis a los asesinos". "¿Qué es un atentado? Es lo que Alberto preguntó a su tía Teresa tres días después de la muerte de sus padres. Ese niño no tenía que saber aún lo que era un atentado, porque hasta el significado de las palabras más crueles aunque no nos guste se aprende, pero a su debido momento", añade, agregando que "a veces la vida es injusta, es dura, es dolorosa". Zoido se ha dirigido al hijo de Alberto y Ascen diciéndole que "sé que has perdido y sufrido mucho" y "sé que tú sientes a tu padre cerca cuando vas, sin él, a ver al Sevilla, cuando entrenas a tu equipo en Triana, el barrio en el que tu padre se sentía como en casa". El alcalde ha destacado la "unidad" de la ciudad ante las injusticias, ante las que "se envalentona ante los peores villanos, se crece ante las adversidades", pero "en la vida hay que esforzarse para superar, sin olvidar". "Porque de nada sirve lamentarse, el mundo es de los valientes, la historia de esta ciudad no las escriben las balas, aunque sean ellas quienes decidan lo que no debe ser", concluye. Por su parte, Teresa Jiménez-Berrecil, muy emocionada, ha subrayado el "dolor y la rabia contenida" que se experimenta al entrar en esa calle donde ambos fueron asesinados y donde se le "agolpan los recuerdos", como es el de las risas de sus sobrinos y de su hermano y su esposa "queriéndose y viviendo". Pero señala que este lugar es también donde el día 30 de enero de hace 17 años los etarras dispararon en la nuca por su espalda a Alberto y donde después se volvieron para asesinar a su esposa "que acurrucaba a su marido en el suelo". "Eso es ETA", ha sentenciado, criticando a sus "cómplices que continúan en el gobierno del País Vasco" y exigiendo su marcha. La eurodiputada ha instado al cumplimiento íntegro de las condenas, rememorando la campaña de apoyo a la publicación gala atacada por terroristas 'Je suis Charlie', subrayando que "Yo soy Alberto y Ascen y todos exigimos memoria y justicia". "ETA podrá confundir a los héroes con homenajes, pero nosotros aquí sabemos quienes son los buenos y quienes son los malos". "Alberto y Ascen murieron por nuestra libertad", ha concluido. Alberto Jiménez-Beceril y su esposa Ascensión, ambos de 37 años, fueron asesinados en la madrugada del día 30 de enero de 1998 en la calle Don Remondo del céntrico barrio de Santa Cruz, en la esquina con la calle Cardenal Sanz y Flores, cuando regresaban a su domicilio tras haber cenado fuera, al recibir sendos disparos en la cabeza por parte de varios etarras. El concejal había aparecido hacía dos años en una lista intervenida a ETA por la Policía, aunque no había recibido ningún tipo de amenazas. El matrimonio iba a cumplir su décimo aniversario de bodas y contaban con tres hijos, de edades entonces comprendidas entre los cuatro y los nueve años. Por este asesinato, fueron procesados los miembros del Comando Andalucía de ETA, Mikel Azurmendi, José Luis Barrios Martín y Maite Pedrosa. Así, Azurmendi y Barrios fueron condenados a 60 años como autores materiales de los disparos que acabaron con la vida del concejal y su mujer, mientras que Pedrosa fue condenada a diez años de prisión por un delito de conspiración para cometer homicidio terrorista, al no haber participado directamente en la acción terrorista. El Tribunal Supremo elevó después la pena a 12 años.