CIUDAD REAL, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado a G.D.H.R. a seis meses de prisión por un delito de omisión de socorro después de que en la madrugada del 26 de junio de 2011 atropellara a un hombre en el tramo de la N-420, que une Campo de Criptana con Alcázar de San Juan, y se diera a la fuga.
Así se recoge en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, que se dicta una semana después de un tribunal popular considerara culpable al joven de un delito del deber de socorro y le absolviera de una falta de imprudencia leve con resultado de lesiones, por lo que la exigencia de responsabilidad civil --que ascendía a 15.000 euros en la petición de la Fiscalía y a 20.000 en la de la acusación particular-- deberá realizarse por la vía civil.
En la sentencia se considera como hechos probados que el joven, que en aquel momento tenía 25 años, circulaba por la carretera pasada la 1.30 horas de la madrugada cuando en un puente elevado, una vez sobrepasado en escasos metros el cambio de rasante y con escasa luminosidad, atropelló a un peatón que se encontraba tumbado sobre el carril derecho de la calzada tras una caída.
Precisamente el hecho de que estuviera tumbado, que su ropa fuera oscura y que no llevara ningún elemento reflectante, "vino a imposibilitar o dificultar enormemente", recoge la sentencia, que el acusado pudiera verlo hasta que no fue muy tarde, por lo que no pudo evitar el atropello que le causó diversas lesiones en una de las piernas.
NO LO AUXILIÓ
No obstante, el acusado "siendo plenamente consciente del atropello" y de las "consecuencias" se dio a la fuga sin prestarle auxilio y sin avisar de forma inmediata a nadie que pudiera ayudar a la víctima a pesar de poder haber detenido el vehículo inmediatamente en el arcén derecho de la carretera.
Tuvo que ser otro coche que pasó poco después en sentido contrario quien actuó cortando la carretera para evitar que nadie pudiera atropellar de nuevo a la víctima y quien avisó a los servicios de emergencia.
No fue hasta unas dos horas después de los hechos cuando el joven empezó a sentirse mal por lo ocurrido y, tras hablar con sus padres, se presentó a las 22.00 horas de ese día ante la Policía Local, donde confesó lo ocurrido y dijo que no había podido evitar el atropello y que cuando se marchó vio a una tercera persona atendiendo a la víctima.
