Djokovic conquista Flushing Meadows por cuarta vez y eleva su número de 'grandes' a 24

Novak Djokovic celebra una victoria en el US Open 2023.
Novak Djokovic celebra una victoria en el US Open 2023. - Javier Rojas/Pi Via Zuma Press W / Dpa
Actualizado: lunes, 11 septiembre 2023 16:50

Triunfo del serbio por 6-3, 7-6(5) y 6-3 frente al ruso Medvedev

MADRID, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -

El tenista serbio Novak Djokovic conquistó este lunes de madrugada su cuarto título del US Open, último 'Grand Slam' del año y vigesimocuarto título de este calibre para él, después de ganar en la final por 6-3, 7-6(5) y 6-3 al ruso Daniil Medvedev sobre la pista dura de Nueva York (EE.UU.).

De nuevo una pléyade de deportistas, políticos, actores, cantantes y demás personalidades del arte se dio cita en el Estadio Arthur Ashe. Desde sus gradas, que configuran la cancha de tenis más grande del mundo, vieron cómo Djokovic se llevaba el triunfo después de tres horas y 18 minutos que le brindaron su 'grande' número 24.

Nadie tiene tantos como él en la historia del tenis masculino y solo Margaret Court llega a esa cifra en mujeres. Con 24 también en su palmarés, la australiana fue empatada este lunes por un jugador en estado de gracia durante todo el año. Olvidada ya su polémica por no vacunarse frente al covid, Djokovic ha brillado en cada uno de los 'grandes'.

En los cuatro de este 2023 ha alcanzado la final, y con la nueva corona de Nueva York ha añadido tres (Abierto de Australia, Roland Garros y este US Open) a su más que dilatado currículum. Solamente se interpuso en su camino el español Carlos Alcaraz, que a sus 20 años lo frenó con ahínco, sudor y talento en la final de Wimbledon del pasado 16 de julio.

Ese duelo contra Alcaraz, directo en las pistas e indirecto en el ranking de la ATP, ha estado presente las últimas semanas en Flushing Meadows. Con los cuantiosos puntos obtenidos en este torneo, y sabiendo que el murciano no sumaría porque defendía todos los ganados al ser campeón en 2022, el nº 1 de ese ranking volverá a su dueño más prolijo.

Pero Djokovic quería incluir otro título neoyorquino en ese botín. Y para hacerlo, comenzó sin titubeos. Se apuntó el juego inaugural con su saque y rompió de inmediato, en blanco, el servicio de su oponente. Lo consolidó sin problemas (3-0), no concedió ninguna oportunidad de 'break' y, tras apretar en el octavo juego (5-3), ya sí agarró el set en el noveno juego gracias a su tercera intentona.

Luego llegó la gran batalla de la noche, un segundo set que duró 104 minutos y que supuso una oda al tenis casi en cada intercambio. En el séptimo juego salvó el ruso una opción de rotura (3-4), y en el siguiente ocurrió justo a la inversa (4-4). Pero la igualdad no se rompía, ni siquiera cuando Medvedev gozó de un 40-Ventaja en el duodécimo episodio.

VICTORIA SOBRIA Y HOMENAJE A KOBE BRYANT

Bien pudo cambiar la película en ese instante, pues el moscovita iba 5-6 arriba y eso significaba bola de set. No obstante, Djokovic templó ánimos y enmendó la situación (6-6), forzando una muerta súbita en la que tuvo que remontar el 0-2 de arranque hasta el 7-5 final. Medvedev pidió entonces la atención de un fisioterapeuta, a ver si algo cambiaba.

Pero la dinámica siguió muy parecida en la tercera manga, donde 'Nole' quebró los juegos cuarto (3-1) y sexto (4-2), neutralizando el 'break' que sorprendentemente había logrado su rival entre medias. Con seriedad en sus servicios posteriores, el de Belgrado certificó en el noveno juego su triunfo definitivo.

Tras subir a la grada para celebrar su vigesimocuarto 'grande' con su entrenador, sus ayudantes y sus seres queridos, el retornado nº 1 de la ATP regresó a la cancha para vestirse una camiseta; esa prenda rezaba el lema 'Mamba Forever' y tenía en el pecho la foto de Kobe Bryant, fallecido exjugador estadounidense de baloncesto.

La leyenda de la NBA eternizó en su deporte el número 24 de Los Angeles Lakers, tras haber llevado también durante muchas temporadas el '8'. Y con ese '24' a la espalda de 'Nole' se bajó el telón de un US Open que en clave baloncestística redimió el espíritu de Serbia, merced a la derrota de dicha selección en la final del Mundial.