MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los bancos también pueden acogerse a las 'fusiones frías o virtuales' articuladas a través de los Sistemas Institucionales de Protección (SIP), y no sólo las cajas de ahorros, según se desprende de un estudio del Mansolivar & Iax, despacho profesional que asesora sobre la aplicación de la normativa contable internacional.
"Aunque está pensado para cajas de ahorros, los SIP reforzados podrían aplicarse también a bancos y cajas rurales", dice el despacho, tras subrayar que la reforma sobre dichos instrumentos es "tardía" y "necesaria".
Los SIP permiten unos efectos similares a los de la fusión de entidades pero evitan la pérdida de personalidad jurídica propia de las instituciones que lo forman, al tiempo que facilitan la integración de entidades de distintas comunidades autónomas y optimizan el uso de los recursos propios existentes en el sistema financiero, destaca el bufete.
No obstante, el despacho considera que "dada la situación de las instituciones" la creación de los SIP reforzados "no evitará la necesidad de apoyo público", a no ser que asuma la liquidación de las entidades menos eficientes.
El informe de Mansolivar señala también que en los últimos meses esta figura ha recibido la atención "tanto de las autoridades como de los gestores de las cajas de ahorros", porque puede ser el modo de llegar a situaciones cercanas a la fusión entre entidades pero sin la desaparición de sus personalidades jurídicas propias.
A su parecer, "las administraciones ven con agrado esta solución, porque evita la desaparición de las cajas de ahorros y facilita las integraciones de entidades de distintas comunidades autónomas sin perder su identidad".
El despacho recuerda que el Banco de España subrayaba en su Informe de Estabilidad Financiera del pasado mes de marzo la necesidad de crear una nueva modalidad de SIP reforzado que el Gobierno ha incluido dentro del 'Pacto de Zurbano'.
En estos SIP, las entidades asumen unos compromisos y unas responsabilidades patrimoniales mínimas entre ellas, al tiempo que se crea una instancia central que vela por la solvencia y la liquidez de las entidades, y en la que radica la dirección única del grupo, que "debe ser profesional y no asamblearia".
