El empresario canario reconoce que llegó a pasar "vergüenza" al tratar con ejecutivos de otras compañías
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
El empresario canario Santiago Santana Cazorla, propietario del grupo empresarial que lleva sus apellidos y uno de los más importantes del archipiélago, ha asegurado que el "circo" que se montó en Canarias con su "injusta" imputación, de la que ha resultado absuelto, forzó a su conglomerado a salvar una crisis dos años antes de que la actual llegara para el resto del mundo, ya que algunos proveedores comenzaron a desconfiar y la propia banca les 'cerró el grifo' del crédito. "Pero la superamos con musculatura y diversificando negocio", sentenció.
"Un montón de proveedores y de bancos, aunque no mataban, si frenaban el crecimiento del grupo. Con mucho detalle y con mucha profesionalidad, pero notaba que los créditos que se vencían no se renovaban y que cuando pedías alguno nuevo te decían que estaba prohibido en las mesas de riesgo de los bancos que un imputado y más en el caso de un presidente de un grupo empresarial se le pudiera aprobar ninguna operación hasta que no se aclarara", explicó en una entrevista a Europa Press el empresario grancanario.
"Tuvimos grandes dificultades", reconoce a toro pasado. "Yo he tenido que intentar rebasar eso y convencerles de que no. Lo he hecho lo mejor que he podido, pero no por eso miro a nadie como a enemigos, sino como gente que reserva sus cosas como es normal", dijo.
Santana Cazorla ha sido exculpado de un delito de tráfico de influencias que se le achacaba en el marco de la investigación del denominado 'caso Góndola', que investiga la presunta trama de corrupción en el Ayuntamiento de Mogán desde el verano de 2006. El fiscal, por su parte, no recurrirá la sentencia judicial al no apreciar delito, después de que el auto exculpatorio razone que no queda "suficientemente justificada la existencia de alguno de los elementos que constituyen delito de tráfico de influencias que dio lugar a la formación de la causa".
El empresario de origen grancanario explicó que su detención --en pleno aeropuerto de Gran Canaria cuando únicamente acudía a Tenerife a realizar unas gestiones-- ha "ralentizado mucho" el crecimiento del grupo durante estos dos años. "Nos empezó la crisis dos años antes que al resto. Y eso económicamente es fuerte para el grupo, porque es perder el ritmo, parar la creación de nuevos puestos de trabajo, de creación de proyectos y una desmotivación en los directivos y en mi mismo".
Santana Cazorla criticó también el largo periodo que su caso ha permanecido bajo secreto de sumario y el perjuicio que más de 18 meses de "silencio judicial" han ejercido sobre el desempeño empresarial de su grupo.
"PEDIRÍA 500 O 600 MILLONES DE INDEMNIZACIÓN"
Por ello, sus abogados trabajan ya en una demanda para pedir daños y perjuicios, tanto por la imagen propia como a su grupo. "Si fuera por mi pediría 500 o 600 millones de euros, pero son mis abogados los que tienen que decidir. Que luego puedan darme medio millón, o uno o nada, pero mi daño moral lo se yo sólo y no lo cambio por 500 millones de euros", comentó.
Para el empresario, que ha vivido casi dos años bajo la sombra de la duda, el daño es "incalculable". "Creo que si se han equivocado conmigo, hay que limpiarlo", indicó Santana Cazorla, quien recordó que su empresa emplea a más de 5.000 personas que "aunque tenían y tienen mucha fe en su presidente y en que sabía lo que hacía" estaban a la expectativa de que se resolviera la vía judicial.
Santana Cazorla recordó emocionado el momento en que le comunicaron su exculpación y explicó que aunque a veces "uno se acostumbra hasta al dolor", en ese momento pareciera que le hubiesen "dado la libertad" y quitado "algo de la espalda que pesaba mucho". Así, agregó que "se han hecho injusticias por todos los sitios" con su caso, porque "en un secreto de sumario donde no hay sangre donde no hay tráfico de drogas, sino simplemente que un empresario se podía haber equivocado haciendo una gestión, no es para tener secreto de sumario durante 18 meses, con el efecto que tenía eso para la credibilidad de la empresa".
"CADA NOCHE MIRABA AL TECHO PENSANDO SI ME HABÍA EQUIVOCADO EN ALGO"
Además, el empresario reconoció también que sintió "miedo" por si había "hecho algo mal". "En tu casa y desde la cama miras cada noche al techo y te preguntas: ¿Que he hecho yo, habré hecho algo mal, me habré equivocado?, la imagen mía, mis hijos, la empresa, mis empleados, ¿qué pensarán?. Los primeros días era muy duro", relató.
"Me daba vergüenza que la gente me preguntara. Casos como cuando iba a un consejo de administración de Tomas Cook en Alemania y el presidente me decía: 'Oye, siento lo tuyo', y yo quería explicarle que no había hecho nada pero me daba vergüenza explicárselo, porque pensaba que no se lo va a creer. Que a una persona la detengan en un aeropuerto como si fuera un mafioso, como si fuera una persona que se va a huir, y que yo le explique ahora a todo un presidente de Tomas Cook que es mentira, que yo no he hecho nada o que al menos yo no detecto nada malo", explicó.
"NO ME SENTÍ DETENIDO, SINO COMO SI ME ESTUVIERAN SECUESTRANDO"
Y es que, según explicó Santana Cazorla, tres policías lo detuvieron de paisano en el Aeropuerto de Gran Canaria que le saltaron de "detrás de un muro escondidos". "Cuando llego a la zona de control de seguridad salen y me dicen que estoy detenido y que les de mi cartera". "En realidad me sentí como si me estuvieran secuestrando, yo más que una detención me dio la sensación de que era un secuestro, porque te salen tres personas de detrás de una columna a las 07.30 horas de la mañana y simplemente yendo a Tenerife y piensa uno que le van a secuestrar".
Además, dijo no tener "ninguna duda" de que tras todos los movimientos que motivaron su detención e imputación hay un "fondo político". "Creo que fui un blanco del teatro, del circo que se montó en Canarias en base a eso. Y como yo, eso lo piensa mucha gente, aunque está claro que no se puede comprobar, pero que yo lo pienso, por supuesto", garantizó.
