ROMA, 7 Dic. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
La eléctrica italiana Enel completó ayer la adquisición por 105 millones de euros de tres centrales hidroeléctricas en México a la firma SLAP II Luxembourg, controlada por Conduit Capital Partners y Qualita Comexhidro, operación que marca su entrada en el "prometedor mercado" de este país latinoamericano, según dio hoy a conocer la compañía a través de un comunicado.
Las plantas, que se hallan en los estados de Michoacan, Jalisco y Guerrero y empezaron a operar entre los años 2003 y 2007, cuentan con una potencia instalada de 52 MW y se caracterizan por su capacidad para producir energía con un bajo impacto ambiental.
En total, México tiene instalados más de 54.000 MW. Su próxima interconexión con los demás países de la región "permitirán a Enel consolidar su propio papel protagonista" en estos mercados. De hecho, "México representa una importante oportunidad de inversión para Enel", sobre todo, teniendo en cuenta su alto "crecimiento de la demanda, par a 2.500 MW al año", concreta la nota.
La italiana también enmarca la compra de estas tres centrales en su "estrategia global de desarrollo en el sector de las fuentes de energía renovables".
Actualmente, Enel está presente en numerosos países de Latinoamérica, concretamente, en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Chile y Brasil. A través de sus controladas, participa en numerosos proyectos de generación de fuentes renovables con una capacidad total de 600 MW.
Desde su entrada en Endesa, Enel ha remarcado su voluntad de ampliar su presencia en Latinoamérica, sobre todo teniendo en cuenta la buena posición de la española en el mercado latinoamericano, donde es el primer operador privado. Actualmente, ambas compañías están terminando de definir sus sinergias, la mayor parte de ellas, en América Latina.
Por su parte, el Gobierno de Italia también ha manifestado su interés en multiplicar las relaciones económicas con los países latinoamericanos en reiteradas ocasiones, la última de ellas, con ocasión de la cumbre hispano-italiana que tuvo lugar este miércoles en Nápoles bajo la presidencia del presidente español, José Luís Rodríguez Zapatero, y el primer ministro italiano, Romano Prodi.
