MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Responsables del grupo automovilístico General Motors se reunirán este jueves en Bruselas con representantes de los gobiernos de países que tienen fábricas de Opel, en una primera toma de contacto tras la decisión de la multinacional de no vender su filial europea de Magna.
General Motors tiene previsto aplicar una reestructuración en sus marcas europeas Opel y Vauxhall. El plan de ajuste supondrá la eliminación de unos 10.000 puestos de trabajo y tendrá un coste de alrededor de 3.000 millones de euros, según el propio consejero delegado de la corporación, Fritz Henderson.
A la reunión asistirán representantes de los Gobiernos de Alemania, España, Reino Unido, Bélgica y Polonia, países que cuentan con presencia industrial de Opel y que, en mayor o menor medida, se verán afectados por la reestructuración.
Asistirá la secretaria general de Industria, Teresa Santero, y también está prevista la asistencia del consejero de Industria, Turismo y Comercio del Ejecutivo aragonés, Arturo Aliaga.
Este encuentro se produce después de que el consejo de administración de General Motors revocara la pasada semana los planes para vender sus operaciones a un consorcio formado por el fabricante canadiense de componentes Magna y el banco ruso Sberbank.