AI denuncia el encarcelamiento por "cargos falsos" de la activista china Ni Yulan, en silla de ruedas por malos tratos

Europa Press Sociedad
Actualizado: jueves, 26 abril 2012 17:05

MADRID 26 Abr. (EUROPA PRESS) -

La activista china Ni Yulan y su marido, Dong Jiqin, han sido condenados a más de dos años de cárcel por "cargos falsos" tras un "juicio injusto", según ha denunciado Amnistía Internacional (AI). Ni, conocida por defender a los afectados por expropiaciones, lleva diez años en una silla de ruedas después de ser "golpeada brutalmente" por la Policía en 2002 mientras estaba detenida.

"Éste es uno de esos casos que nos llegan a Amnistía Internacional y que nos siguen emocionando por el coraje, la valentía y las fuerzas que defensoras de Derechos Humanos como Ni Yulan tienen para denunciar las injusticias en su país", afirmó el director de la sección española de AI, Esteban Beltrán, en una ciberacción.

"Ni Yulan es una destacada activista que lucha por el derecho a la vivienda en China", prosiguió. "Lleva diez años en una silla de ruedas tras haber sido golpeada brutalmente por la Policía en 2002 mientras estaba detenida", un hecho que, "lejos de amedrentarla, reforzó su compromiso de lucha contra la represión de su Gobierno", agregó.

Según AI-España, Ni "acaba de ser encarcelada por cargos falsos". "Ha sido condenada a dos años y ocho meses de cárcel por 'buscar pelea y provocar problemas' y por 'fraude' tras un juicio injusto". Su marido ha sido condenado también a una pena de dos años por el mismo delito, agregó.

De acuerdo con la ciberacción de Amnistía Internacional-España(http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/china-vivienda-ni-y...), Ni pasó cuatro años en la cárcel, ha sido torturada "hasta el punto de que ahora está en silla de ruedas", ha sido obligada a vivir en la calle, le han retirado su licencia de abogada y le acaban de condenar a otros dos años y medio de prisión.

"Ni Yulan, abogada, se ocupa de muchos casos políticamente delicados de demandantes y personas que protestan por la demolición de viviendas", según AI. "Es una presa de conciencia más en China, encarcelada por el ejercicio pacífico de sus derechos", añadió.

LA CONDENA

La condena fue dictada el pasado 10 de abril por un tribunal chino, que consideró que la abogada Ni Yulan y su marido, Dong Jiqin, habían golpeado a los empleados del hotel al que fueron obligados a trasladarse tras la demolición de su vivienda, en 2008.

Ni ha argumentado que el hotel era en realidad una "cárcel negra", expresión con la que se conoce a los centros de detención informales, que permiten a las autoridades chinas mantener encarceladas a las personas sin seguir los procedimientos legales.

La pareja fue detenida en abril de 2011 y poco después fue acusada de los cargos por los que finalmente ha sido condenada. Ni se dio a conocer por su defensa de las personas a las que el Gobierno obliga a abandonar sus viviendas en aras del desarrollo económico del país, sin pagarles las indemnizaciones correspondientes por la expropiación.

ENSAÑAMIENTO

A juicio de Amnistía, "lo que hace particular su caso es el ensañamiento de las autoridades con ella". En 2002, las autoridades la detuvieron y la torturaron durante varios días, rompiéndole los pies y las rótulas. Sus lesiones fueron tan graves que actualmente sigue en silla de ruedas.

Cuando Ni Yulan trató de denunciarlo, la detuvieron, la declararon culpable de "obstrucción de asuntos públicos" y la condenaron a un año de cárcel, además de retirarle la licencia para ejercer la abogacía, explicó la organización.

Tras quedar en libertad en 2003, Ni Yulan siguió luchando por los derechos de las personas cuyas viviendas iban a ser demolidas con ocasión de los Juegos Olímpicos de Pekín. En 2008, justo antes de los Juegos, fue detenida y encarcelada durante dos años tras intentar impedir la demolición de su propia vivienda. Mientras estuvo en prisión, fue de nuevo torturada y no le proporcionaron atención médica, denunció AI.

Cuando quedó en libertad en abril de 2010, no tenía casa. Junto con su marido se fue a vivir a un hotel, hasta que la Policía los obligó a ir a la calle y les impidió que alquilaran una vivienda e incluso que se alojaran en casas de amigos.

En junio de 2010, tras una manifestación en la que decenas de personas expresaron su solidaridad con la pareja, la Policía los trasladó a una residencia. Sin embargo, las autoridades continuaron sometiéndolos a vigilancia y otras formas de hostigamiento, como cortarles el agua, la electricidad y el acceso a Internet, aseguró AI.

En la actualidad la activista tiene una lesión en la espalda porque la policía no puso el freno a su silla de ruedas al trasladarla a un centro de detención en 2011 y, mientras el furgón en el que viajaba se movía, la silla de ruedas no paró de rebotar contra las paredes. Según la ciberacción de AI, "los agentes no hicieron ningún caso a las quejas de Ni Yulan mientras esto sucedía".

La salud de Ni y de su marido se ha deteriorado mucho en la cárcel: antes de su última detención, en abril 2011, Ni Yulan podía andar con muletas gracias a un tratamiento médico. "Sin embargo, durante su juicio pasó gran parte del tiempo postrada en una cama de hospital y necesitaba una máscara de oxígeno para respirar", concluyó Amnistía.

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