MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las condiciones humanitarias en la zona de conflicto de Sri Lanka, en el noreste del país, se están deteriorando, según alertó hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que añadió que, mientras, decenas de miles de civiles dentro de la zona segura demarcada por el Gobierno siguen en riesgo de ser bombardeados y carecen de agua potable y sanidad.
Este aviso llega mientras se intensifican los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), que llevan luchando por conseguir un estado independiente desde 1983, informa la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN.
"La situación es desesperada, la población atrapada dentro de la zona de enfrentamiento ya ha sido desplazada en muchas ocasiones, y depende por completo de los suministros que le proporcionan desde el exterior para su supervivencia", señaló la coordinadora de comunicaciones del CICR para Sri Lanka, Sophie Romanens.
En un comunicado emitido ayer, el CICR ya confirmó que decenas de miles de personas confinadas en una zona del norte se han dirigido hacia la costa para escapar del enfrentamiento, buscando así seguridad, alimentos y cuidado médico.
"La zona está siendo bombardeada todos los días, y las condiciones apremiantes, así como la falta de agua y de unos cuidados médicos adecuados están poniendo a la gente en riesgo de epidemias", según el CICR, la única agencia internacional con presencia dentro de la zona de combate.
Las fuertes lluvias están agravando el problema. "Sólo puedes imaginarte la situación, hay miles de personas bajo lonas impermeabilizadas o en tiendas y hay agua por todas partes", anotó Romanens. De acuerdo con las autoridades, más de 42.000 personas han huido a las zonas controladas por el Gobierno y se alojan en 22 emplazamientos en Mannar, Vavuniya y Jaffna, en el norte.
Desde principios de febrero, el CICR ha estado facilitando la evacuación de enfermos y heridos por mar y el transporte de suministros a la zona de combate por barcos después de la suspensión de la entrega mediante convoyes por tierra debido al deterioro de la seguridad.
Por su parte, el Gobierno de Sri Lanka asegura que, a pesar de las acusaciones de que la mayor parte de los suministros enviados a las zonas de combate está siendo desviada por el LTTE, las entregas continúan.
"Podemos enviar medicinas, podemos enviar alimentos, pero el LTTE se lleva todo", aseguró el ministro de Sanidad ceilandés, Nimal Siripala, durante una rueda de prensa en el Ministerio de Asuntos Exteriores. "Lo que dan (a los civiles) es una pequeña proporción, pero a pesar de esto no estamos deteniendo el influjo de medicamentos ni suministros alimentarios", manifestó.
