Actualizado 29/07/2010 19:39

Nace en Santander el Centro de Cooperación Fernando de los Ríos, un vehículo para transmitir valores solidarios

Presentación del Centro de Cooperación al Desarrollo Fernando de los Ríos
EP/UIMP

Amelia Valcárcel dice que la UIMP asume su papel en el mundo globalizado y "crea un nódulo" para lanzar ayuda


SANTANDER, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha puesto en marcha el Centro de Cooperación al Desarrollo Fernando de los Ríos, un "nuevo vehículo universal", creado para transmitir "valores solidarios, sensibilizar y diseñar, y regular nuevos modelos de bienestar" a través de la educación.

Así lo han explicado el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, y el fotoperiodista Javier Rodríguez, coordinador de este proyecto, en la presentación del centro.

Sus líneas de actuación girarán en torno a tres grandes ejes: educación para el desarrollo humano-sostenible, tanto en países del norte como del sur; investigación, innovación y estudios sobre el desarrollo y fortalecimiento institucional y ciudadano en los países en vías de desarrollo, "todo ello bajo un enfoque de género, inclusión, derechos humanos y medio ambiente".

En la ceremonia de presentación también ha intervenido la catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED Amelia Valcárcel y se ha proyectado un vídeo con el saludo de la política y activista social Graça Machel, quien felicita a la UIMP por esta iniciativa ya que, a su juicio, apuesta por la educación, que es "un requisito fundamental para el desarrollo de las sociedades" porque "permite superar las desigualdades".

Esta afirmación ha sido corroborada por el coordinador del CCD Fernando de los Ríos, Javier Rodríguez, ya que, según dice, "la educación, a veces, es un arma que puede llegar a matar más gente que un Kaláshnikov porque, si solamente educamos a una parte y dejamos al resto, al final, enfrentamos a la población".

"La educación es primordial", ha aseverado Rodríguez, para quien "debe ser la máxima expresión de libertad, que pueda disfrutar todo el mundo". En este sentido, ha hecho hincapié en que la Universidad "está obligada" a promoverla, a contextualizarla, a ampliar las fronteras de la investigación, a facilitar el debate en sus aulas y a convertirse en "una impronta democrática", capaz de forjar una sociedad "más seria y responsable".

En este contexto, el fotoperiodista inscribió la creación y puesta en marcha del CCD Fernando de los Ríos, al que definió como "una apuesta decidida por la cooperación al desarrollo, desde lo solidario, la horizontalidad y el diálogo de lo universal", huyendo del "paternalismo vertical" que, para él, "va creando cada vez más dependencia". "Este centro no pretende imponer sino más bien proponer", ha concluido.

OBLIGACIÓN Y DERECHO

Por su parte, Amelia Valcárcel ha subrayado que la cooperación al desarrollo "no es algo intuitivo o exactamente igual que aquello de las misiones, aunque para la gente puede ser que todavía se equivoque un poco".

A su juicio, con la puesta en marcha del CCD Fernando de los Ríos la UIMP asume su papel en el mundo globalizado y "crea un nódulo desde el que lanzar redes de conocimiento y ayuda".

En su intervención, la catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED también se ha refirido a la "obligación" de los europeos y Occidente, en general y de tener una "cierta responsabilidad con el resto del planeta".

En su opinión, "tenemos que conocer" y, una forma de hacerlo, es a través de la ayuda porque "genera un canal, que crea la confianza necesaria para poder desarrollar las instituciones propiamente del conocimiento". "Si alguna vez Occidente decidiera no ayudar y conocer estaría renunciando, en parte, a su indiscutible visión global sobre el acelerado proceso de globalización que sufre el planeta", asegura.

Por último, el rector de la UIMP ha parafraseado al político Fernando de los Ríos, al que ha definido como el promotor de una de las mejores reformas de la universidad española, y quien decía que "la cultura y la formación es lo único que cambia los países, no resuelve los problemas de inmediato, pero es la mejor forma de facilitarles una fórmula a largo plazo para solucionarlos".

"Es un derecho de los demás y una obligación nuestra intentar hacer un mundo más justo y libre donde intentemos ser todos más felices", ha afirmado Ordóñez, para quien "tenemos mucho miedo a decir la palabra felicidad, pero es importante que pretendamos la felicidad de todos los demás".