El anciano que mató a su mujer en Utrera (Sevilla) de 20 puñaladas acepta seis años de prisión

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 9 febrero 2009 15:23

SEVILLA, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

El anciano de 82 años acusado de matar de 20 puñaladas a su esposa en mayo de 2007 en su vivienda de la localidad de Utrera, en Sevilla, ha aceptado seis años de prisión después de que las partes llegaran a un acuerdo antes de que concluyera la vista oral con jurado popular que durante cuatro días se ha celebrado en la Audiencia Provincial.

Fuentes judiciales explicaron a Europa Press que el acuerdo entre las acusaciones, que pedían 25 años de cárcel, y la defensa del procesado, que solicitaba la absolución, llegó a última hora de la tarde del viernes, de manera que el jurado quedó disuelto de inmediato y el juicio se dio por finalizado.

Así las cosas, el acuerdo contempla la imposición de seis años de prisión al inculpado por matar a su compañera sentimental, dado que, según las partes, en el acusado concurren la agravante de parentesco y las eximentes de enajenación y confesión.

En el juicio, el propio acusado manifestó en su declaración que la "maldita depresión" que sufre le obligó a cometer el crimen. El procesado explicó que sobre las 22,00 horas del 4 de mayo estaba junto a su compañera sentimental "viendo la tele en la salita" cuando cogió la navaja y terminó con su vida.

"Lo que quería era matarme yo pero pensaba que qué sería de ella si se quedaba sola", aseveró el inculpado, quien le dio "tantas puñaladas (20) porque quería que muriera pronto para que no sufriera". "Mi intención no era hartarme como si fuera un bicho", sentenció. En su relato, A.A.O. dijo que su mujer, con la que llevaba más de 40 años casado, intentó pararle pero "enseguida cayó al suelo", donde le asestó varias puñaladas más hasta que, según reconoció, creyó "que había muerto". "Yo no paré de darle para que muriera rápido. La maté porque me obligó la depresión".

"NO TENÍA OTRO REMEDIO"

Al hilo de ello, apuntó que sabía que "era malo lo que iba a hacer pero no tenía otro remedio" y dijo que una vez consumado el crimen llamó a un sobrino, que lo llevó a comisaría, donde reconoció lo que había hecho. "Ahora ella estará mejor y yo me arrastraré por las cárceles y los asilos", apostilló el imputado, que advirtió que sufre "depresiones" porque en su vida ha sido "muy desgraciado".

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