Actualizado 12/11/2007 19:17

La Fiscalía pide 15 años de prisión para el acusado de matar a su pareja en Ávila en julio de 2006

ÁVILA, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía pidió hoy 15 años de prisión para Freddy O.S, de 36 años, el dominicano acusado de asesinar a su pareja, la ecuatoriana Ana María Ureta, en la madrugada del 1 de julio de 2006 en un domicilio de la capital abulense.

Así lo solicitó el Ministerio Fiscal en la primera sesión del juicio con jurado popular que tuvo como escenario la Audiencia Provincial de Ávila, en la que la defensa del acusado solicitó la libre absolución, al alegar que no hubo "ánimo de atentar contra su pareja".

Freddy O.S. manifestó en su declaración que el hecho fue "un accidente", ya que no tuvo intención de agredir a quien era su pareja, con la que mantenía una relación desde hacía ocho meses y con la que convivía desde un mes antes.

Los hechos ocurrieron a raíz de una pelea, después de que una pareja de amigos se marchasen del domicilio, y de que hubiesen ingerido "grandes cantidades" de bebidas alcohólicas.

DISCUSIÓN CON SU EX PAREJA.

Ella le reprochó al acusado de no haber intervenido en una discusión con la mujer que había sido pareja de él, y que le propinó el día anterior una torta a la víctima.

Según el testimonio del acusado, ella "se puso muy violenta", por lo que instó a la hija de ella, de 16 años, a que fuera a una cabina telefónica a llamar a la hermana de la fallecida para que la calmase, lo que motivó que alterase más.

Ella se cayó al suelo y luego se marchó al cuarto de baño, tras lo que salió al pasillo y apareció "con algo que brillaba, un cuchillo", según el testimonio del acusado, quien luego explicó que intentó sujetarla la mano, pero "con el golpe se le volvió y ella sola se lo clavó.

El cuchillo, de 17 centímetros de hoja y tres de ancho, se le quedó clavado y "se lo saqué para que no la hiciera daño", añadió en su testimonio.

Aunque dijo no recordar nada, los agentes de Policía que llegaron al domicilio a raíz de la llamada de personas que pasaban por la calle aseguraron que él tenía todavía el arma en la mano y que tuvieron que reducirle.