WASHINGTON 31 Jul. (Reuters/EP) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homóloga filipina, Gloria Macapagal Arroyo, mostraron ayer su solidaridad con el pueblo birmano la víspera del día en que se espera el veredicto a la líder opositora Aung San Suu Kyi, procesada de nuevo por violar supuestamente las condiciones de su arresto domiciliario.
Arroyo aseguró desde la Casa Blanca, en una comparecencia junto a Obama, que respalda las medidas de condena de Estados Unidos contra la Junta Militar birmana. En este sentido, recordó que Filipinas permanece "junto a Estados Unidos en relación a Birmania y en relación a la aventura nuclear de Corea del Norte".
El mandatario norteamericano agradeció la "voz fuerte" de Arroyo y su Gobierno en Asia, especialmente ante las "violaciones de Derechos Humanos" registradas en Birmania y la "proliferación nuclear" norcoreana. Obama renovó esta misma semana las sanciones contra el régimen birmano.
"Aunque Filipinas no es el país más grande, usando una frase del boxeo se podría decir que combate por encima de su peso en la arena internacional", afirmó el inquilino de la Casa Blanca.
Fuentes judiciales han revelado que la sentencia sobre Suu Kyi, símbolo de la disidencia se espera para hoy viernes. Todo apunta a que la líder opositora, de 64 años, será declarada culpable, lo que podría representar una pena de cinco años de cárcel.