Un niñousa una fuente en Vitoria Gasteiz. - Iñaki Berasaluce - Europa Press
MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas ha pedido que los niños sean protegidos de todo tipo de violencia, también de la infligida a los animales, en la 'Observación General n 26 sobre los derechos del niño y el medioambiente, con especial atención al cambio climático', publicada esta semana.
"Los niños deben ser protegidos de todas las formas de violencia física y psicológica y de la exposición a la violencia, como la violencia doméstica o la infligida a los animales", se lee en uno de los apartados del documento titulado 'Derecho a no sufrir ningún tipo de violencia'.
La Fundación Franz Weber (FFW) considera que esta petición de Naciones Unidas tiene un encaje concreto en la "exposición a la violencia" que sufren niños, niñas y adolescentes en prácticas como "la caza, donde pueden participar como acompañantes con cualquier edad" o "la tauromaquia".
En este último caso, la fundación recuerda que en 2018 el mismo Comité pidió al Estado español evitar la participación o presencia de menores de 18 años en la tauromaquia, "para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros".
Para FFW, la protección debería abarcar "su participación en escuelas taurinas, donde se pueden inscribir con tan solo 8 años y participar creando daño a animales en las denominadas clases prácticas y tentaderos, o su implicación como parte espectadora". Según precisa, en la actualidad, "solo" tres comunidades, Galicia, Cataluña e Islas Baleares establecen algún tipo de restricción de entrada a las plazas de toros.
Por todo ello, la fundación exige al próximo Gobierno "la adopción urgente" de las medidas contempladas en la guía del Comité de los Derechos del Niño, llevando a cabo "las modificaciones legislativas que sean necesarias".
Más allá de este aspecto concreto, en la guía de Naciones Unidas, el Comité pide a los Estados la asunción de iniciativas para mitigar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y los efectos que estos tienen sobre los niños y niñas de cada territorio.
El organismo de expertos ratifica el derecho de los niños y las niñas a vivir en un medioambiente "limpio, sano y sostenible", y establece que los Estados son responsables no solo de proteger los derechos de los menores frente a daños inmediatos, sino también frente a violaciones previsibles de sus derechos en el futuro debido a sus actos y omisiones en el presente.
Además, subraya que los Estados pueden ser considerados responsables también de las repercusiones perjudiciales para los niños de los daños medioambientales y del cambio climático más allá de sus fronteras.