Actualizado 29/04/2009 19:48

Condenado en Valladolid a siete años de prisión por abusar sexualmente de una prostituta

VALLADOLID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Valladolid impuso una condena de siete años de cárcel a un joven con iniciales A.D.G. como autor de un delito de abusos sexuales sobre una prostituta, S.A, a la que subió en junio de 2006 en su vehículo en Valladolid capital, la llevó a un descampado próximo y obligó a mantener relaciones sexuales.

En su sentencia, la Sala consideró probados los hechos y, además de la referida pena privativa de libertad, acordó imponer al condenado la prohibición de aproximarse al domicilio y lugar de trabajo de la víctima por espacio de ocho años y a no menos de 100 metros y a comunicar con ella por cualquier medio, junto con la obligación de indemnizarla en la cantidad de 8.000 euros por los daños morales causados, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Frente a la petición absolutoria de la defensa, las dos acusaciones, la pública y la privada, habían solicitado para el procesado una pena global de 14 años de prisión por dos delitos de agresión sexual y el pago a la víctima de una indemnización de 24.000 euros.

Durante el juicio, el condenado, quien se declaró inocente, alegó que el día de autos, sobre las 17.30 horas del 11 de junio de 2006, acababa de salir de un pub en la calle Tordo, en el barrio de Pajarillos, y se dirigía a coger su coche cuando se le acercó una mujer que empezó a hablarle en tono cariñoso.

"Me dijo que era muy guapo y que mi coche era muy bonito. Me fue comiendo la oreja, nos fuimos arrimando y como parecía que quería sexo no me entretuve en más cosas", recordó A.D.G, quien subió a la mujer a su vehículo y fue ella, según dijo, la que le condujo hasta un descampado, donde, tal y como precisó, mantuvieron relaciones sexuales plenamente consentidas por ella.

El acusado añadió que fue tras concluir cuando la mujer sacó un cuchillo del bolsillo del pantalón y le robó, con lo que logró echarla del coche y llamar de inmediato por teléfono a la Policía Nacional para denunciar lo ocurrido. "Me conozco el barrio y para nada pensaba que se trataba de una prostituta, si lo sé no me voy con ella. Me enteré al término de las relaciones sexuales, y me quedé helado", concluyó A.D.G.

Por su parte, la víctima recordó entre sollozos que esa tarde estaba 'haciendo la calle' en el Paseo Juan Carlos I porque necesitaba dinero, algo que ya había hecho en otras tres o cuatro ocasiones, cuando se le acercó un vehículo y su conductor, el acusado, le preguntó qué hacía allí una chica tan guapa. "Le dije que me estaba buscando la vida y que le cobraba 20 euros", indicó S.A., tras lo cual el primero la condujo hasta un descampado para consumar el acto.

LAS PUERTAS BLOQUEADAS

Sin embargo, al detener el turismo el imputado y bloquear las puertas con el cierre centralizado le dijo que no le iba a pagar y le pidió que "colaborara", haciéndole indicaciones de que se desnudara porque de lo contrario la mataba. La denunciante relató que a partir de ese momento su acompañante la violó en el asiento del copiloto y luego eyaculó en su espalda.

"Me penetró vaginalmente, me obligó a hacerle una felación y luego me violó analmente", recordó llorando S.A, quien añadió que durante ese periodo que se le hizo "eterno" sufrió mordiscos en el cuello, pellizcos en los pezones, azotes en el culo, tirones del pelo y continuos insultos.

No fue hasta que el acusado desbloqueó las puertas del coche cuando la mujer, "a medio vestir", salió corriendo y huyó del lugar. La víctima negó haber sacado un cuchillo para robar al cliente y precisó que lo único que llevaba en el bolso era un neceser con unas tijeritas para hacerse la manicura.

Varios policías explicaron que esa tarde fueron comisionados por la Sala para que se desplazaran hasta el lugar de los hechos después de que el acusado hubiera denunciado por teléfono que una mujer la estaba persiguiendo con un cuchillo. Una vez allí, el denunciante negó haber mantenido relaciones sexuales con la prostituta y aseguró que ésta había sacado un cuchillo y le había robado, mientras que ella, a la que los agentes localizaron a no más de sesenta u ochenta metros de distancia, no sólo negó la autoría del robo sino que denunció haber sido objeto de una violación.

Los médicos forenses que examinaron a la presunta víctima hallaron en ella restos de semen pero no lesiones corporales que denotaran una agresión. No obstante, no descartaron la posibilidad de que se hubiera producido la violación. "Que no apareciera ningún hematoma no quiere decir que no se haya producido la agresión, pues todo depende de la fuerza empleada", sentenciaron.