Los habitantes de las zonas más remotas acabaron hace seis meses las raciones de comida enviadas por la ONU
JARTUM, 25 Sep. (Reuters/EP) -
Al menos 69 niños han fallecido en las pasadas semanas por malnutrición y enfermedades después de que las últimas inundaciones anegaran los cultivos en las poblaciones del sur de Sudán, según alertaron las agencias de Naciones Unidas.
Además, las carreteras bloqueadas y la falta de transporte aéreo están impidiendo que las raciones de ayuda alimentaria de emergencia no estén llegando a diversas zonas de la región.
Los cooperantes temen por los habitantes de la región de Kurmuk, en el estado de Nilo Azul, donde miles de antiguos refugiados de la guerra civil habían regresado a sus hogares en los últimos meses después de años de exilio al otro lado de la frontera con Etiopía. Las poblaciones más remotas son inalcanzables para los trabajadores humanitarios, lo que eleva aún más el riesgo para la población.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señaló que los habitantes de la región acabaron con comida de emergencia para seis meses cuando volvieron a Bellila y a localidades cercanas a principios de este año.
"Ahora hay una crisis alimentaria. Los cultivos son malos y los precios de los alimentos en el mercado son muy altos. El grano que había en el campo también se han perdido por las inundaciones", advirtió un portavoz de ACNUR.
Mientras, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) explicó que dispone de ayuda alimentaria de emergencia de un mes para la región, pero que las inundaciones han bloqueado carreteras y no ha conseguido transporte aéreo para llevar los cargamentos.
Los habitantes que huyeron durante las más de dos décadas de guerra civil entre el norte y el sur de Sudán han ido regresando a sus hogares muy lentamente tras la firma del tratado de paz en 2005, pero tres años después el desarrollo en la zona ha sido mínimo.
LAS RACIONES SE AGOTARON HACE SEIS MESES
Un informe de la misión de Naciones Unidas en Sudán al que tuvo acceso la agencia Reuters indica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) envió este mes a un equipo a la ciudad de Bellila para instalar una clínica y evaluar así la grave situación. "Los descubrimientos fueron alarmantes. La comunidad que había regresado acabó con su ración de comida hace seis meses y no tienen suficiente desde entonces", explica el documento.
Según el texto, 48 niños murieron en la población de Gindi y otros 21 en Borfa durante agosto y septiembre, todos ellos de edades comprendidas entre uno y seis años. Todos los fallecimientos fueron por malnutrición, diarrea y malaria.
Casi la mitad de 1.200 habitantes necesitan tratamiento médico, situación similar a la que ocurre en otras áreas remotas de Kurmuk, según el informe. Además de las inundaciones, la población de estas zonas corre un riesgo mayor al haber pasado años en campamentos de refugiados.