Actualizado 07/11/2007 17:33

Los 37 bangladeshíes escondidos en Ceuta esperan la ayuda de Interior mientras sus condiciones empeoran, según una ONG


MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los 37 ciudadanos de Bangladesh que escaparon el pasado 18 de agosto del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta continúan viviendo ocultos en los montes de la zona sin agua ni a penas comida. La ONG Transfronterizo alertó al Ministerio de Interior, que se comprometió en octubre a buscar una solución para estas personas, pero denuncia que la salida "no llega" y los bangladeshíes "están cada vez peor".

Estas personas, cuya situación de salud es "muy delicada" debido a la escasez de alimentos, la falta de agua potable y el frío, pernocta a la intemperie desde hace ya 89 días, durante los que la ONG que les asiste protagonizó distintas movilizaciones callejeras en reclamo de ayuda hasta conseguir audiencia con el gabinete del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Según explicó a Europa Press la portavoz de Transfronterizo, Pepa Torres, la ONG se ha dado un "plazo tope" de dos semanas para esperar la respuesta de la Administración, una contestación a sus peticiones de auxilio para los 37 inmigrantes que no puede pasar por la deportación ya que ellos "prefieren la muerte antes que volver a su país".

Los bangladeshíes "están cada vez peor, porque son más días, cada vez hace más frío y muchos están enfermos de gastroenteritis", explicó Torres. Sin embargo, volver al CETI del que escaparon "no es una opción" porque para ellos "supone acelerar su repatriación y prefieren la muerte".

"Muchos de ellos no se han ido de su país sólo por dinero, sino también por cuestiones políticas y, además, también está la cuestión de la honra propia de su cultura", prosiguió la portavoz de Transfronterizo.

Para Torres, estas personas prefieren morir a ser deportados "no sólo por lo que les espera en su país, sino porque no tienen una vida para pagar la deuda contraída con quienes les han traído hasta aquí". De hecho, según la portavoz, "a veces sus familias, también lo prefieren". "Ahora no saben qué ha sido de ellos y se han endeudado para poder enviarles a España y a veces prefieren que mueran antes de que vuelvan a casa", añadió.

"En algún momento han llegado a decir que si era necesario mutilarse poco a poco para llamar la atención sobre su caso, lo harían", apuntó Torres, tras señalar que no son los ciudadanos asiáticos que, al volver a casa tras una repatriación "se suicidan" a la primera oportunidad.