Actualizado 23/07/2007 11:29

Múgica rechaza la objeción a cursar Educación para la Ciudadanía y advierte que hacerlo como "deporte" es malo

MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, es contrario a que los alumnos se acojan a la objeción de conciencia para no cursar la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos y recuerda que en aquellos otros casos en los que la objeción es posible se ha regulado por Ley. "Yo estoy contra la objeción a las leyes, la objeción se puede dar mediante norma. Me parece que es muy malo para la seguridad jurídica que la objeción se convierta en un deporte", dijo en una entrevista a Europa Press.

Como ejemplo, recordó que cuando existía el Servicio Militar Obligatorio, el Parlamento aprobó una normativa sobre objeción de conciencia, de Prestación Social Sustitutoria. "Eso es una objeción que está dentro de la ley", puntualizó.

Así, subrayó que "cuando el Parlamento dicta una norma, hay que cumplir esta norma. Otra cosa es, según añadió, que después se interponga un recurso ante el Tribunal Constitucional por aquellos a los que el artículo 161 de la Constitución legitima hacerlo: presidente del Gobierno, Defensor del Pueblo, 50 diputados o senadores, y los órganos de Gobierno de las comunidades autónomas.

Múgica también confirmó que ha recibido la petición de audiencia del grupo HazteOir.org y que en respuesta escrita la Institución le ha comunicado que en estos momentos no hay posibilidad de recibirlos.

En cuanto a la polémica en torno a la asignatura, recalcó que es algo que existe en países europeos, así como una recomendación del Consejo de Europa. También puso como ejemplo a Estados Unidos, "una gran democracia" donde los valores constitucionales, los derechos y los deberes de la Constitución se aprenden en las escuelas, como "una especie de Educación para la Ciudadanía que todo ciudadano americano, por el hecho de serlo, conoce cuáles son esos derechos. "Este es uno de los elementos que consolidan la democracia norteamericana", agregó.

LIBERTAD DE ENSEÑANZA.

Además, precisó que la Ley no obliga a un libro de texto en concreto, lo que sí supondría volver a los tiempos del franquismo y la formación del Espíritu Nacional. "Una ley es una enseñanza para que los alumnos sepan cuáles son sus derechos, cuáles son los valores constitucionales, cuáles son las declaraciones internacionales de derechos humanos, y después cada editorial, en cada colegio, con la libertad de enseñanza, en primer lugar, adaptará como quiera ese marco general", explicó.

En este sentido, señaló que un manual escrito y publicado y editado por SM, empresa editorial de la Compañía de María, u otras congregaciones religiosas, puede ser distinto de los que publiquen editoriales estrictamente más comerciales. "Eso es lo importante, que haya libertad para que se aplique con criterios democráticos y amplios la asignatura. Por tanto, lo que hay que ver es cómo se aplica la asignatura y si la libertad rige en la aplicación de la asignatura", concluyó.