MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Ahmed Alhamamra, uno de los tres palestinos acogidos por España tras el asedio por parte de las fuerzas de seguridad israelíes a la Basílica de la Natividad en Belén en 2002, ha iniciado una huelga de hambre para reclamar su "libertad" después de que desde el Ministerio del Interior español se le hayan impuesto nuevas medidas restrictivas a su estancia.
Según ha explicado el propio Alhamamra a Europa Press, el pasado 22 de febrero el Ministerio del Interior le envió una carta en la que le imponía "condiciones especiales sin ninguna explicación" que incluyen el que debe presentarse todos los lunes en comisaría y no puede acercarse a ningún puesto fronterizo, como puertos o aeropuertos.
Además, ha precisado, desde el pasado mes de diciembre ha dejado de recibir la ayuda económica que percibía. "Hablé con los otros dos compañeros y no les cortaron la ayuda como a mí" y tampoco les han impuesto las mismas restricciones, aclara, expresando su perplejidad por la diferencia en el trato.
Según Alhamamra, tiene un historial policial "limpio" durante su estancia en España, donde "vine para tres años y ya llevo casi nueve". "Si Interior tiene algo contra mí que me lleve a juicio, estoy preparado", ha asegurado, subrayando que desde que llegó a nuestro país ha viajado en varias ocasiones "a Europa y fuera de Europa por trabajo y para visitar a la familia" sin ningún problema.
Sin embargo, la semana pasada le denegaron el permiso que había pedido para viajar a Jordania a visitar a su hermana, enferma de gravedad. Esta negativa, sumada a las restricciones impuestas, le ha llevado a iniciar una huelga de hambre, que a partir de mañana será también de sed, en la Misión Diplomática Palestina en Madrid.
"No voy a salir de la embajada hasta que tenga mi libertad", ha asegurado el deportado palestino, aclarando que si las gestiones que el embajador palestino en Madrid, Musa Amer Odeh, está realizando con los ministerios de Asuntos Exteriores y del Interior no surten efecto "mi vida está en peligro". "Voy a salir a la calle libre o muerto", ha insistido.
Alhamamra reclama que se le devuelva su "libertad" y sino se le permita "regresar a mi tierra" de donde fue deportado en 2002 en virtud a un acuerdo internacional tras 40 días de asedio por parte del Ejército israelí a la Basílica de la Natividad, donde 250 palestinos habían buscado refugio tras una operación de las fuerzas de seguridad hebreas. El acuerdo contemplaba la deportación de trece palestinos, tres de los cuales fueron acogidos por España.
Inicialmente Alhamamra se instaló en Soria junto con su familia pero a finales de 2010 solicitó, a través del embajador, al Ministerio de Asuntos Exteriores el permiso para trasladarse a Málaga, que le fue concedido. Según explica, en la notificación ministerial que daba la autorización se destacaba que "en los más de ocho años que lleva en España ha observado un comportamiento correcto".