SEVILLA 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Sevilla ha rebajado hoy de 24 a 21 años la pena de prisión que solicitaba para un hombre de Morón de la Frontera (Sevilla) acusado de violar, maltratar y abusar sexualmente de una de sus hijas durante años al considerar que la violación no la consumó.
Fuentes judiciales indicaron a Europa Press que tras las pruebas practicadas en las dos sesiones de la vista oral, que se han desarrollado a puerta cerrada en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla, tanto el fiscal como las acusaciones han modificado sus conclusiones finales al considerar que la violación que se le imputa no fue consumada y, por tanto han calificado el delito como intentado de violación.
De esta forma, el Ministerio público reclama por este delito una condena de once años de prisión, en lugar de los 14 que solicitaba inicialmente. A esto hay que sumar otros nueve años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual, y un año por uno de maltrato.
Además, el fiscal pide la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 300 metros durante dos años una vez extinguida la condena, así como una indemnización de 6.503 euros.
La vista se retomó hoy con la declaración del forense que reconoció a la menor y a la madre cuando denunciaron los hechos, que no acudió a la primera jornada del juicio, tras lo que se procedió a la lectura de las conclusiones y de los informes de cada una de las partes, quedando así visto para sentencia.
En su declaración, el padre de la menor dijo que "todo es una ocurrencia" de su hija porque éste no la dejaba salir con un chico que era toxicómano" y que por ello "se inventó" los hechos, asegurando que él no era capaz "de hacer algo así" y que "antes se cortaría las manos".
Por su parte, la madre también apoyó la versión del procesado, insistiendo en que el padre no ha cometido ningún tipo de abuso sexual sobre su hija y que todo se lo había inventado ella, mientras la menor ha mantuvo su declaración.
LOS HECHOS.
Según el escrito de acusación del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, los hechos se iniciaron cuando el procesado, "con el propósito de obtener placer sexual", supuestamente empezó a realizar a la menor "frecuentes" tocamientos por diversas zonas de su cuerpo, así como a "realizarle proposiciones de carácter sexual", a lo que la niña se negaba diciéndole "que era su padre y que no la podía tocar".
Ante las negativas de la menor, el acusado contestaba que insultándola y amenazándola con que "si no quería que se divorciara de su madre, le dejara tocarla" o con que "se enteraría si esa noche no la dejaba tocarla". Además, prosigue el fiscal, cuando "no podía calmar su apetito sexual", le imponía a su hija "tareas escolares desproporcionadas o le pegaba".
El acusado "siempre" advertía a la menor de que "le cortaría la lengua o que la mataría", si le contaba a alguien los abusos a los que la sometía. Sin embargo, la niña le contó a la madre lo que sucedía, si bien ésta "le contestaba que eran invenciones suyas".
De esta forma, el último de los hechos tuvo lugar el 18 de julio de 2005, cuando el padre llegó a casa "borracho" y tras ordenar a sus otros dos hijos y a su mujer que se fueran a dormir, presuntamente "requirió" a la menor para que durmiera en su cama con él y su madre. Una vez en la habitación el acusado echó fuera a su mujer, y, "quedándose en ropa interior", comenzó a realizar tocamientos a su hija por todo el cuerpo.
La niña comenzó entonces a gritar, recibiendo puñetazos por parte del madre, lo que alertó a la madre que acudió a ayudarla. En ese momento, el procesado supuestamente también la golpeó a ella, diciéndole que "no tenía nada que ver con lo que hiciera" con su hija.
Posteriormente, agarrando a la menor por los pelos, la llevó hasta el baño donde intentó desnudarla, aunque ayudada por los vecinos logró escapar por la ventana. Como consecuencia la niña sufrió diversas lesiones, al igual que la madre.
Asimismo, el Servicio de Protección de Menores declaró el desamparo legal de la menor y sus hermanos por la situación familiar provocada por el padre y ante la incapacidad de la madre.