Las autoridades jordanas, iraquíes y turcas han hecho retroceder a miles de sirios huidos de su país, según HRW

Denuncia que los tres países han cerrado sus fronteras, total o parcialmente, y sólo permiten la entrada en casos excepcionales

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 1 julio 2013 14:30

MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los guardias de las fronteras de Irak, Jordania y Turquía han hecho retroceder a miles de personas que intentan huir de la guerra civil de Siria dejándolos en regiones fronterizas altamente conflictivas, ha informado este lunes Human Rights Watch (HRW).

Los tres países han cerrado sus fronteras, total o parcialmente, y sólo en casos excepcionales permiten la entrada de un número muy limitado de sirios. Sólo Líbano tiene una política de fronteras abiertas para los ciudadanos que huyen del conflicto en Siria.

Según la Convención de Refugiados de 1951 y el Derecho Internacional todos los países deben respetar el principio de no expulsión, que prohíbe enviar, obligar a volver o hacer retroceder a cualquier persona que esté tratando de huir de un país donde su vida se vea amenazada.

"Los países vecinos deben dejar de hacer retroceder a los sirios y obligarles a quedarse en lugares donde sus vidas corren peligro", ha declarado Gerry Simpson, investigador de HRW.

"Irak, Jordania y Turquía podrían convertir Siria en una prisión al aire libre de miles de sirios que no pueden escapar de sus países", ha afirmado Simpson. "Ni la presión a la que se ven sometidos estos países por la entrada de refugiados, ni la asistencia humanitaria dentro de Siria justifican la violación del derecho fundamental básico de conceder asilo a personas bajo persecución u otros abusos", ha concluido.

CIERRE DE FRONTERAS

El pasado 25 de junio, el campamento de refugiados Bab al Salam, cerca de la frontera con Turquía, donde desde agosto de 2012 se instalan miles de sirios que no pueden entrar al país vecino, fue objeto de un ataque aéreo. Un activista que visitó el campamento el 26 de junio comunicó a HRW que durante los bombardeos, Turquía permitió el acceso al país de las siete personas que resultaron heridas para ser tratados, pero las autoridades mantuvieron cerrado el paso fronterizo, a pesar de las numerosas protestas de los refugiados.

Jordania también tiene sus fronteras cerradas, aunque formalmente lo ha negado. los refugiados sirios que han entrado recientemente al país han afirmado que muchos pasos fronterizos han estado cerrados durante varios días e incluso semanas del mes de mayo. Según HRW, desde finales de 2011, Jordania ha impedido la entrada a muchos palestinos, iraquíes, hombres en edad militar e indocumentados.

El Gobierno de la Región de Kurdistán, en Irak, sí ha admitido haber cerrado las fronteras el pasado mes de mayo, y ha afirmado que desde mediados de junio sólo permite la entrada de sirios que necesitan asistencia humanitaria emergente. Lo mismo ocurre en la frontera con Irak, que permitía la entrada de un limitado número de sirios desde agosto de 2012 y que desde finales de marzo de 2013, se ha paralizado totalmente la entrada.

Turquía también ha bloqueado sus pasos fronterizos con Siria, incluyendo el del campamento de Bab al Salam. Un alto cargo turco informó en octubre a HRW de que los campamentos de refugiados estaban llenos, y que en lugar de permitir la entrada a más sirios, se estaban asegurando de la asistencia humanitaria en áreas cercanas a la frontera.

Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) a mediados de junio Jordania acogía a 480.000 refugiados Sirios, mientras en Turquía había 387.000, y 158.000 en Irak. Líbano, por su parte, cuenta con más de 550.000 refugiados registrados por ACNUR, aunque el país estima que el número de sirios en el país es superior al millón. Éste sigue manteniendo abierta su frontera.

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