JAÉN, 17 Ago. (EUROPA PRESS) -
La partida de 30.000 euros aprobada en su momento por la Diputación de Jaén para ayudar a los afectados por el tsunami de 2004 ha contribuido a que en la parte meridional de Sri Lanka, una de las regiones más castigadas por este maremoto, se hayan construido siete Centros de Desarrollo Comunitarios para la población. En un comunicado, la Administración provincial explicó que, como muchas otras instituciones y personas, se solidarizó con las víctimas aprobó una ayuda urgente de 30.000 euros de su Fondo Provincial para la Solidaridad y la Ayuda al Desarrollo.
La ayuda económica ha sido gestionada por el Fondo Andaluz de Municipios Solidarios (Famsi), a quien la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) le encomendó que se encargara de liderar iniciativas solidarias en esta región.
Técnicos de la Diputación jiennense, de Famsi y de otras instituciones públicas españolas han visitado recientemente la zona para comprobar la evolución de la primera fase del proyecto de reconstrucción de esta región de Sri Lanka en la que fallecieron más de 20.000 personas, hubo 100.000 familias afectadas y unos 200.000 desplazados.
El vicepresidente de Igualdad y Bienestar Social, Manuel Fernández Palomino, explicó que "estas instalaciones cumplen múltiples funciones". Por ejemplo, como guardería para las madres que tienen que trabajar por haber perdido a su marido y no encuentran dónde dejar a sus hijos a centros asesores en temas de salud.
"También funcionan como escuelas, como lugares de reunión donde deliberar sobre los temas de interés y donde realizar actividades lúdicas e, incluso, como espacios comerciales donde se venden productos típicos de la zona", destacó.
Según dijo, con esta actuación "lo que se ha buscado es mejorar en la medida de lo posible la calidad de vida de las personas de esta región, que en estos centros van a contar con un importante apoyo que les ayude a seguir adelante"
Además de visitar los Centros de Desarrollo Comunitarios y evaluar los proyectos desarrollados hasta ahora, los técnicos que viajaron hasta Sri Lanka han tenido la oportunidad de reunirse con Naciones Unidas, las autoridades locales y los habitantes de la zona para identificar otras necesidades urgentes, como puede ser la puesta en marcha de iniciativas de empleo y autoempleo para emprender nuevos proyectos de colaboración.
Con estas iniciativas se pretende cooperar con el millón de personas que se han quedado sin hogar y en el desarrollo social de un país que, como consecuencia de la guerra que han mantenido durante veinte años el gobierno y sectores separatistas y de las secuelas del tsunami, se ha convertido en el segundo país con mayor número de damnificados.
