OVIEDO 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de la Junta General del Principado, María Jesús Álvarez, presidió hoy la visita de los alcaldes de Berlín al Parlamento asturiano y destacó durante su intervención que el Premio Príncipe de la Concordia 2009 es "un premio hermoso para todos los berlineses". Álvarez dijo además que este galardón "no debe hacernos olvidar que todavía quedan muchos muros por derribar en el mundo".
El alcalde gobernador de Berlín desde 2001, Klaus Wowereit, el que fuera alcalde de la ciudad cuando cayó el Muro y que actualmente preside el Parlamento de Berlín, Walter Momper y el alcalde de la ciudad entre 1091 y 2001, Eberhard Diepgen, recogerán esta tarde el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en nombre de la ciudad de Berlín.
La presidenta del Parlamento recordó que es la primera vez que una ciudad es distinguida y agradeció a los alcaldes de la ciudad su visita al Parlamento y sus palabras.
Eberhard Diepgen por su parte coincidió con la presidenta de la Junta en que "muchos muros han caído pero son muchos más los que todavía están por caer", y destacó la dificultad del proceso de unificación de Berlín, que antes de la caída del muro eran "dos partes de la ciudad con escaparates de dos sistemas muy diferentes y con una vida cultural que luego se unificaría".
"En Berlín convivían dos trasfondos diferentes de más de 40 años que luego tuvieron que encontrarse con respeto y teniendo en cuenta las muchas diferencias. por ello fue muy necesaria la concordia que hoy se premia", dijo Diepgen.
Walter Momper destacó el "esfuerzo y la labor de los berlineses en estos 20 años que han traído "buenos resultados, pero que no han sido fáciles". Así, entre las principales dificultades al salvar destacó la integración cultural.
"Todavía a día de hoy se notan en las decisiones de los berlineses las diferencias entre los que vivían en la parte occidental y los que vivían en el este, pero creo que sin duda la ciudad tiene un gran futuro como un foro y lugar de entendimiento", manifestó.
El alcalde gobernador de Berlín desde 2001, Klaus Wowereit, también se refirió a las diferencias culturales entre los habitantes del este y del occidente y aseguró que "sin embargo eso ahora no es un problema porque cada uno aporta su bagaje".
"Berlín tiene por delante una gran oportunidad. Quiere ser un punto de encuentro, de diálogo y de intercambio. Por eso nosotros queremos tener los brazos abiertos y recibir a todos considerando la inmigración como riqueza y no como amenaza. Es un gran reto reunir todas esas diferencias", manifestó.