GINEBRA, 17 Mar. (Reuters/EP) -
El relator especial de la ONU sobre los Derechos Humanos en Birmania, Tomás Ojea Quintana, pidió hoy a la Junta Militar que gobierna este país que libere a los más de 2.100 presos políticos y los permita participar en las próximas elecciones, previstas para 2010.
Quintana también pidió al Ejército que detenga el uso que hace de los civiles obligándoles a hacer trabajos forzosos, especialmente como "dragaminas humanos". "Pido la libertad progresiva de todos los prisioneros de conciencia, cuando sabemos que más de 2.100 personas aún están detenidas, ya sea bajo arresto domiciliario o en prisiones situadas en lugares remotos", declaró Quintana ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
"Los presos de conciencia deberían ser liberados mucho antes de las elecciones para que puedan participar o incluso presentarse como candidatos", señaló. Las autoridades también deberían llevar a cabo una revisión imparcial sobre la detención de la líder opositora y premio Nobel Aung San Suu Kyi, cuyo último arresto domiciliario comenzó en 2003, según Quintana.
El embajador de Birmania ante la ONU en Ginebra, Wunna Maung Win, aseguró que "no hay prisioneros de conciencia en Birmania, de hecho sólo hay personas que cumplen períodos de cárcel por infringir las leyes del país". El Ejército, que ha gobernado Birmania bajo distintas formas desde 1962, ha prometido unos comicios en 2010 como parte de lo que denomina "hoja de ruta hacia la democracia".
Quintana, ex abogado de nacionalidad argentina, ha visitado Birmania dos veces en los últimos seis meses, la última en febrero. Agradeció como unas "señales positivas" la libertad de algunos prisioneros políticos, incluidos 29 el último mes, pero subrayó igualmente que a 400 prisioneros políticos se les ha dado "sentencias duras", que van desde los 24 a los 65 años durante los últimos meses.
"Muchos presos de conciencia han sido sentenciados en juicios a puerta cerrada dentro de los edificios de la cárcel, sin una representación legal, sin la presencia o el conocimiento de los miembros de su familia y sin prueba de evidencias o con pruebas equivocadas", declaró en informe al consejo.
Quintana también visitó las prisiones de Insein y Hpa-An, donde "entrevistó a los presos que han sido porteadores para el Ejército en el estado de Kayin sin remuneración y que habían intentado huir debido a la dureza del trabajo". Entre 30 y 40 prisioneros en Insein estaban atados con grilletes, algo que viola los convenios de la ONU, y algunos también habían sido golpeados, según el enviado de la ONU.
"Es especialmente preocupante la práctica de personas que retiran las minas que quedan sin estallar, que son obligados por el Ejército a limpiar la maleza en zonas donde se sospecha que hay minas o sirven como porteadores en áreas donde hay riesgo de minas sin estallar", señaló.