SYDNEY 4 Dic. (Reuters/EP) -
La ministra de Exteriores de Australia, Julie Bishop, ha anunciado este jueves que a partir de ahora será considera un delito cualquier viaje a la provincia siria de Raqqa, considerada como la capital del grupo extremista Estado Islámico, y ha recordado que cualquier ciudadano que vaya a esa zona se expone a una pena de diez años de cárcel.
"He declarado la provincia de Raqqa como un área en la que una organización terrorista participa en actividades hostiles. A partir de ahora es un delito bajo la legislación australiana que se entre o permanezca en la provincia sin una razón legítima", ha dicho.
La declaración es la primera de este tipo desde la aprobación en octubre de una legislación destinada a impedir el viaje de personas a zonas en conflicto para combatir del lado de organizaciones declaradas como terroristas por el Gobierno australiano.
Bishop ha argumentado que el anuncio enviará un mensaje firme a cualquier australiano que esté considerando participar en el conflicto sirio, al tiempo que ha pedido a todos los ciudadanos del país que estén en la región que la abandonen.
"También se han cancelado alrededor de 75 pasaportes y se ha negado la entrega de otros diez para evitar que los extremistas salgan de Australia para combatir en conflictos", ha detallado.
"Este Gobierno está comprometido a tomar las medidas necesarias tanto a nivel interno como externo para conseguir que Australia esté a salvo del terrorismo", ha agregado, según ha informado la cadena de televisión australiano ABC.
El Estado Islámico es una organización yihadista nacida en Irak y relacionada --aunque no vinculada-- con la red terrorista Al Qaeda. Con la sublevación en 2011 contra el régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, el grupo penetró en Siria y desde allí ha lanzado en las últimas semanas una ofensiva que le ha permitido hacerse con el control del norte y el oeste de Irak.
El grupo proclamó a finales de junio el Califato Islámico y nombró califa a su líder, Abu Bakr al Baghdadi. La nueva organización se declara Estado independiente y reclama que todos los musulmanes del mundo le juren fidelidad.