Syrian women working in a sewing workshop in the U.N. Women center at Al Zaatari
MUHAMMAD HAMED / REUTERS
Actualizado: miércoles, 22 marzo 2017 18:28

GINEBRA, 22 Mar. (Reuters/EP) -

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha anunciado este miércoles que más de 7.000 refugiados sirios en Jordania están trabajando en el país gracias a la emisión de permisos de trabajo por parte de las autoridades jordanas, tras lo que ha considerado a Jordania como "un ejemplo a seguir" en materia de integración.

El creciente número de refugiados que han encontrado trabajo en fábricas jordanas es una consecuencia directa de un acuerdo al que llegó el Gobierno con la Unión Europea en febrero del año pasado. El pacto tenía como objetivo conseguir que los desplazados por el conflicto en Siria en Jordania pudieran trabajar y mantener sus derechos laborales.

A cambio, la Unión Europea ha concedido importantes descuentos a la hora de exportar a aquellas empresas cuya plantilla esté formada en un 15 por ciento por refugiados sirios, unas rebajas que durarán 10 años.

"La presencia de refugiados puede convertirse en una ventaja. Al atraer más inversión extranjera y al provocar una expansión del sector industrial, se pueden crear más puestos de trabajo tanto para los sirios como para los jordanos. Es un modelo que podría funcionar en muchos otros países de acogida de refugiados", ha explicado Laura Buddoni, coordinadora de subsistencia de ACNUR en Jordania.

Hasta la fecha, ACNUR ha emitido un total de 40.500 permisos de trabajo a refugiados sirios, pero todavía tiene que hacer frente a importantes dificultades a la hora de implementar el acuerdo entre Jordania y la UE, ya que miles de solicitantes de asilo sirios acaban formando parte de la economía sumergida. La agencia de la ONU cuenta con más de 21,3 millones de refugiados registrados en todo el mundo, por lo que aspira a importar el modelo jordano a otros países de acogida.

Nour Eddin Al Alaiwe, un refugiado sirio que trabaja en una fábrica de plásticos desde hace unos meses, asegura que volver a trabajar ha transformado su vida y la de su familia. "Para mí, tener un trabajo significa que existo. Significa que soy capaz de ser autosuficiente. En lo que respecta a mi familia, tener un trabajo significa que voy a poder darles todas las cosas que les han sido arrebatadas al convertirnos en refugiados, como la sanidad, la educación y un lugar donde vivir", ha contado.

Por otro lado, desde ACNUR han señalado que la inmensa mayoría de los refugiados sirios son mano de obra extremadamente cualificada, que puede ser de gran utilidad en sus países de acogida, donde en muchas ocasiones se necesitan trabajadores formados.

Fares Hamo es un refugiado sirio que antes de llegar a Jordania trabajó durante más de diez años en una fábrica. Después de huir de Siria, ha conseguido un nuevo trabajo que se parece mucho al que tenía en su país.

"Este puesto me ha dado estabilidad, seguridad, confort y coexistencia. Nos hemos instalado aquí, gracias a Dios, y poder vivir y trabajar con los jordanos es muy agradable. Son todos muy amables, respetuosos y muy fáciles a la hora de convivir. No nos hemos sentido discriminados como la mayor parte de nuestros hermanos sirios. Estamos viviendo, gracias al cielo", ha explicado.

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