Actualizado: martes, 15 diciembre 2015 18:12

DIYARBAKIR (TURQUÍA), 15 Dic. (Reuters/EP) -

El Gobierno turco combatirá a los milicianos kurdos, que se encuentran en el sureste del país, para evitar que "propaguen la violencia" desde los vecinos Siria e Irak a Turquía, según ha anunciado este martes el primer ministro, Ahmet Davutoglu, debido al estallido nuevamente de la violencia.

Davutoglu ha afirmado en una rueda de prensa en Ankara que las fuerzas de seguridad aplicarán medidas enérgicas contra los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) para frustrar sus esfuerzos de "expandir la violencia" desde Irak y Siria a Turquía.

"Las operaciones de seguridad se están llevando a cabo", ha dicho. "Vamos a convertir todos los distritos, incluyendo Cizre y Silopi, dentro de este anillo de violencia en un lugar de paz, estabilidad y libertad", ha afirmado.

El primer ministro ha explicado que el Ejército ha establecido controles a lo largo de las montañas de la frontera iraquí, después de "limpiar las montañas de terroristas" y ha criticado que el PKK se ha concentrado en volver a la gente contra el Estado en las áreas urbanas.

"No haremos concesiones al terror y no toleraremos ninguna de estas estructuras que son títeres de varias fuerzas extranjeras que quieren arrastrar a Turquía hacia un futuro oscuro", ha subrayado.

Un columnista progubernamental del periódico 'Yeni Safak', Abdulkadir Selvi, ha dado a entender en recientes comentarios que ya se habían puesto en curso las medidas para intensificar las operaciones contra el PKK.

"Esta vez, el énfasis en las operaciones se pondrá en los soldados", ha dicho. "El primer ministro ha hablado bastante decidido", asegurando que "todos los distritos serán limpiados de elementos terroristas, calle por calle, casa por casa, si es necesario", ha añadido.

TIROTEOS Y EXPLOSIONES

Los enfrentamientos han estallado a primera hora del martes en Diyarbakir y un agente ha resultado herido, según las fuerzas de seguridad. Después de que se impusiera toque de queda, en la ciudad de Nusaybin, en la frontera siria, se han podido oír tiroteos y explosiones durante la noche.

Una de ellas ha cortado la electricidad en algunas zonas. La Policía ha lanzado gas lacrimógeno y cañones de agua a los manifestantes, según los testigos.

En las localidades de Cizre y Silopi cerca de la frontera siria e iraquí, que estuvieron el lunes por la tarde bajo toque de queda, la Policía ha desplegado vehículos blindados en las montañas para supervisar las ciudades y las calles que estuvieron muy tranquilas durante la noche, ha explicado los testigos.

Los ciudadanos han dicho que el paso fronterizo de Harbur con Irak, localizado a 18 kilómetros al sur de Silopi, estuvo cerrado durante la noche, debido al toque de queda y al cierre de la principal carretera hacia la ciudad.

El lunes, dos hombres fueron matados a tiros en Diyarbakir, la principal ciudad del sureste del país, mientras que las fuerzas de seguridad han matado a seis milicianos en la provincia de Mardin desde el viernes.

MÁS DE 50 TOQUES DE QUEDA

La Fundación de Derechos Humanos de Turquía ha registrado que 52 toques de queda han sido impuestos desde mediados de agosto en siete provincias turcas de la región, lo que ha afectado a una población de 1,3 millones de personas.

Desde que terminó en julio el alto al fuego con el PKK, el sureste predominantemente kurdo se ha visto golpeado por los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los combatientes del PKK y ha sido objeto de frecuentes toques de queda.

El PKK inició su insurgencia en 1984 y más de 40.000 personas han muerto en el conflicto. El proceso de paz iniciado entre el líder encarcelado del PKK Abdulá Ocalan y el Estado quedó suspendido este año. La UE, Turquía y Estados Unidos lo consideran una organización terrorista.

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