Con el nombre de "Capacitados", la ONCE y el Fondo Social Europeo han puesto en circulación un excelente documental en el que aparecen tres conocidos triunfadores incapaces de dar un paso sin la respectiva ayuda de otras tres personas. Los triunfadores son un famoso mago de la gastronomía, Ferrán Adriá, la presidenta de Microsoft Ibérica, María Garaña, y el presidente de Coca-Cola Iberia, Marcos de Quinto.
Sus respectivos asistentes, en cambio, son personas ordinarias. Tres españoles normales, cuyas respectivas características les permiten controlar la vida y los movimientos de Adriá, Garaña y de Quinto a lo largo de veinticuatro horas filmadas. Uno es ciego, otro es sordo y el tercero va en silla de ruedas. En su lugar se han puesto los tres renombrados ejecutivos durante esas veinticuatro horas. Tiempo insuficiente para merecer el rango de "capacitados" en su actividad cotidiana. Van sobradas, en cambio, las personas "capacitadas" para hacer lo mismo aquellos, pero sin ver, sin oír o sin libertad de movimientos.
El documental "Capacitados" es una versión actualizada, de un viejo resorte verbal en nuestro trato con el otro: "Ponte en mi lugar". En esa expresión tan coloquial reside el principio de la concordia entre los seres humanos. En este caso nos enseña que capacitados y discapacitados, si es que cabe una distinción abolida en el documental, deben estar en el mismo lugar. Además es una apología de la capacidad del ser humano de superarse a sí mismo siendo un poco mejor cada día. Lo cual es aplicable a todas las personas que estamos vivas, con nuestras aspiraciones y nuestras frustraciones.
Las imágenes, los diálogos, las situaciones, nos llegan cargadas con una deliberada sobredosis de realismo. Es una forma de impedir la evasión. Has de implicarte. Una forma de hacerlo es comenzar preguntándose uno mismo quién es el discapacitado, el que ayuda o el que es ayudado, en un mundo donde cada cual carga con sus propias limitaciones, físicas o psíquicas, visibles o invisibles, explícitas o inconfesables.
Son las preguntas que brotan con el visionado el documental, cuando aparece un chef de fama mundial con tremendas dificultades para distinguir carne y pescado por el movimiento de los labios de su interlocutor, cuando ves que una alta directiva de Microsoft es incapaz de entrar en un ascensor sin la ayuda de un compañero que también va en silla de ruedas, o cuando compruebas que no fue un día perdido para el presidente de Coca Cola, gracias a un ciego, el día que decidió ponerse en el lugar de un ciego.
Para ser triunfadores del todo, los triunfadores están obligados a ser ejemplares. Y ese compromiso lo acaban de honrar los tres coprotagonistas del magnífico documental que tuvimos ocasión de ver el domingo por la noche en TVE. El aplauso va por ellos.
Antonio Casado