Pederastia en el clero

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 30 marzo 2010 14:49

Lo último ha sido un caso clamoroso de encubrimiento desvelado por el "New York Times" que implica directamente al Vaticano. Según dicho periódico, el entonces cardenal Ratzinger fue cumplidamente informado por varios obispos sobre el escándalo de un sacerdote norteamericano que abusó sexualmente de unos doscientos niños sordos. Pero el ahora Papa Benedicto XVI y otras autoridades vaticanas, como Tarsicio Bertone, el ahora secretario de Estado, no hicieron nada, en atención al precario estado de salud del pederasta y a la petición expresa de éste de que le dejaran terminar sus días "en la dignidad del sacerdocio" porque ya se había arrepentido.

Leña al fuego de un asunto con enorme repercusión mediática en España. Coincide con la reactivación del colectivo "Iglesia sin abusos", cuyo portavoz, Carlos Sánchez Mato, es el catequista que en su día denunció a un sacerdote madrileño, Rafael Sanz Nieto, a resultas de lo cual éste fue condenado a dos años de cárcel por abusos sexuales a menores. Sánchez Mato sostiene que el cardenal Rouco Varela no solamente no hizo nada sino que expulsó de la parroquia a los catequistas que denunciaron al cura pederasta ente los tribunales.

El citado colectivo está recibiendo últimamente mucha información sobre casos de pederastia ocurridos en España durante los últimos años, aunque las víctimas, la mayoría menores cuando ocurrieron los hechos, no quieren interponer la correspondiente denuncia en los juzgados. Entre otras cosas, por no aparecer con el estigma de haber sufrido los abusos y porque en muchos casos el delito ya ha prescrito.

Sin embargo, el tema de la pederastia en el clero ha entrado con fuerza en la agenda de la actualidad nacional. Sobre todo a raíz de la reciente carta pastoral de Benedicto XVI dirigida al clero de Irlanda, en la que aseguraba sentir "vergüenza y remordimiento" por la conducta de algunos curas irlandeses. Si bien cinco minutos después se descolgaba con un desconcertante "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra", pronunciado durante la oración del Angelus, que el Papa celebra asomado a la plaza de San Pedro.

Entre nosotros hay quienes se curan en salud denunciando una supuesta campaña de descrédito contra la Iglesia española en base a casos de pederastia que la jerarquía ha venido ocultando. Su argumentación no puede ser más pobre. Alegan que la mayoría de sacerdotes son virtuosos o que la Iglesia no es la única institución afectada por este tipo de conductas individuales.

Parecen olvidar el pequeño detalle de que la Iglesia es un faro moral. O debe serlo, y esa condición le confiere una sobrecarga de ejemplaridad que no le permite hacerse de nuevas o mirar hacia otro lado. Los obispos deberían combatir la pederastia en sus propias filas al menos con la misma determinación con la que combaten la reciente regulación legal del aborto.

Antonio Casado

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