Naywa y la escolarización

Expulsar a una niña por llevar velo es invitarle a salir del sistema educativo; lo prioritario es el derecho a la educación y el objetivo a conseguir es que nadie quede fuera del sistema educativo. Expulsar de la escuela a alguien por llevar el hiyab es el comienzo de una posible rebelión en el que pudieran quedar fuera de la educación pública muchas mujeres de origen islámico: la peor solución posible.

Averiguar fehacientemente si alguien lleva el velo islámico por imposición o por elección no es una tarea fácil. Y sin embargo, el único motivo que podría permitir su prohibición sería que fuera objeto de una imposición. Pero, ¿quién asegura que cualquier otro tipo de símbolo religioso se usa libremente?

Y si el objetivo es que no haya símbolos religiosos tenemos un problema muy serio, porque la religión católica y la judía los utilizan sin que nadie tenga reparos.

La extensión de la protesta en forma de solidaridad de varias compañeras de Naywja, acudiendo a la escuela con el velo, indica además por donde pueden ir las cosas si se utiliza una reacción radical y autoritaria contra las niñas que usen hiyab. Puede llegar a constituirse en un símbolo de rebeldía y ocurrir lo contrario de lo que se quiere evitar de una formula generalizada.

Sin duda es un asunto a debatir con sosiego porque la sociedad española no está necesitada de nueva fuente de conflictos y los procesos de integración deben ser frutos del convencimiento y de la conquista y reafirmación de los derechos humanos y de los valores democráticos.

La pelota está ahora en el tejado de la dirección del instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón que debe manejar este asunto con inteligencia y tacto para que no llegue a constituirse el caso de Naywa en la punta de lanza de una rebelión en la que el velo islámico pudiera terminar por constituirse en un símbolo de rebeldía en vez de serlo de sumisión.

Carlos Carnicero