Egunkaria y libertad de expresión

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 20 abril 2010 19:44

La resolución del caso "Egunkaria" ha puesto las cosas en su sitio y ha demostrado que en un Estado de Derecho, aunque la justicia sea lenta finalmente es segura. La sentencia que absuelve al director del periódico y a otros cuatro directivos del diario de pertenecer a ETA es positiva por varios motivos. Primero, porque, una vez mas, se deja meridianamente claro que los medios de comunicación no delinquen, que son las personas quienes lo hacen y por tanto cuando se cierra un periódico los perjudicados últimos son los lectores y es absurdo poner a todos bajo sospecha. Aunque siempre es complicado establecer limites a la libertad de expresión, lo es aun más si tenemos en cuenta que una de las obligaciones de un periódico es ayudar a conformar una opinión publica libre y por lo tanto la peor de las soluciones es darle el cerrojazo, por mucho que no compartamos, incluso nos pueda repugnar su línea editorial.

Segundo porque los jueces estiman que la clausura del diario carecía de habilitación constitucional y tampoco existía una norma legal para justificar esa decisión, lo cual es un serio aviso al juez del Olmo, que una vez más se ha demostrado como un pésimo instructor. Como tercera cuestión se evidencia, una vez más, la grandeza de un Estado de Derecho como el que rige en nuestro país donde, hasta los que no quieren a España y añoran independizarse están protegidos y amparados por ese mismo Estado al que desprecian. Una cuarta consideración, no menos importante, es que la sentencia de los magistrados Gómez Bermúdez, Ramón Sáez Varcalcel y Manuela Fernández Prado llega siete años después de la clausura provisional del diario que se produjo en febrero del 2003, por lo que una vez más hay que afirmar que una justicia lenta, aunque finalmente sea segura, no es una justicia plena porque casi siempre es difícil de reparar los daños causados por la incorrecta decisión de un juez. Precisamente este último aspecto le esta posibilitando a los nacionalistas del PNV que arrimen el ascua a su sardina y a los de Batasuna volver a esa cantinela cansina y absurda de las injusticias del Estado.

Otra cosa bien diferente es si como sostiene Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia, Egunkaria se utilizó como moneda de cambio durante la ultima tregua y puede que así fuera pero eso, en mi opinión, es harina de otro costal.

Esther Esteban

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