Publicado 14/12/2025 08:00

Carmen Tomás.- Ellos se forraban y tú pagabas

MADRID 14 Dic. (OTR/PRESS) -

Ahora ya sabemos que mientras unos pocos se forraban a la sombra del poder, la mayoría de los españoles apretaba los dientes para llegar a fin de mes. Pagamos más impuestos que nunca, soportamos una presión fiscal asfixiante y vemos cómo las cotizaciones sociales no dejan de subir, mientras la realidad social se deteriora sin freno. España lidera la pobreza infantil en la Unión Europea, encabeza las tasas de paro estructural y se ha convertido en un país donde alquilar o comprar una vivienda es un lujo inalcanzable para miles de jóvenes y familias trabajadoras. Cada mes hay más ciudadanos que dependen de una ayuda pública y más hogares que no consiguen cerrar las cuentas a final de mes. Ahora sabemos que este desastre no fue fruto solo de la mala suerte o de una coyuntura internacional adversa. Ocurría mientras atravesábamos la mayor crisis sanitaria de nuestra historia reciente y la mayor caída económica en décadas. Ocurría mientras el dinero público circulaba sin control, mientras las empresas públicas se utilizaban como cajas opacas, mientras las comisiones, las subvenciones y los rescates salían, una vez más, del bolsillo de todos.

Esta misma semana la OCDE situaba a España en el podio de los países con mayor presión fiscal y mayores cotizaciones sociales. Cinco años de recaudación récord. Cinco años de subidas masivas de impuestos. Cinco años en los que se exigió sacrificio a la ciudadanía mientras, según las investigaciones judiciales, se colocaba a amigas, se concedían rescates empresariales millonarios más que sospechosos, se cobraban mordidas y se disparaban patrimonios. Chalés regalados, cuentas que engordan, favores cruzados. No es un relato partidista, es lo que describen las pesquisas de jueces y de la policía judicial. Algunos de los implicados ya han pasado por la cárcel y otros están a punto de sentarse en el banquillo. Aun así, la sensación de impunidad ha sido obscena.

La forma en que han funcionado es una bofetada a la sociedad, una risotada en la cara de quienes perdieron a un familiar, un negocio o el empleo. Mientras los españoles morían y se arruinaban, el Gobierno y su entorno se enriquecían. Y lo peor es que aún no conocemos toda la verdad. Pero Pedro Sánchez no parece dispuesto a dar explicaciones ni mucho menos a devolver la voz a los ciudadanos. La corrupción no es solo robar dinero público; es robar la confianza, la dignidad y el futuro de un país entero. Y esa factura, como siempre, la estamos pagando todos.

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