Actualizado 25/02/2009 17:48

El 'Escribano palustre', una especie más amenazada que el quebrantahuesos o el águila imperial, 'Ave del año 2009'

pajaro escribano palustre
SEO/Birdlife

MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

El 'Escribano palustre', una especie más amenazada que el quebrantahuesos o el águila imperial en la Península Ibérica ya que su población reproductora no supera las 400 parejas y que está catalogada como especie 'en peligro' en el 'Libro Rojo de las Aves en España', fue nombrada este martes 'Ave del Año 2009' por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), coincidiendo con la campaña para la conservación de los humedales 'Alas sobre Agua'.

Así, durante el XIX Congreso Español de Ornitología, celebrado recientemente en Santander, los socios de la organización ecologista eligieron a esta especie tan pequeña como un gorrión, con una altura en torno a los 15 centímetros, una longitud de ala de 8,5 centímetros, un máximo de 25 gramos de peso y que cría entre 4 ó 5 huevos entre los meses de abril a junio.

El experto y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Eduardo Belda, explicó durante la presentación del galardón en Madrid que el 'Escribano palustre' habita en todo el Hemisferio Norte, a excepción de América del Norte, y que las diversas especies difieren en forma, tamaño, coronación, pico y alimentación.

Concretamente, Belda puntualizó que este ave recibe su nombre porque en la cáscara de sus huevos presenta líneas que simulan escritura y que su pico difiere en función de la comida de la que se alimenta. "Esta especie, como el Pinzón de Darwin, ha sabido adaptarse a las nuevas situaciones y todo es fruto de la selección natural", añadió.

Hay hasta 30 subespecies reconocidas de 'Escribano palustre', tres de ellas pueden verse en España, una invernante y dos sedentarias, de las que tan sólo se reproducen dos subespecies: la 'iberoccidenteal' o 'Emberiza schoeniclus lusitanica', la endémica de la Península Ibérica y considerada como 'en peligro crítico de extinción'; y por otro lado, la subespecie iberoriental o 'Emberiza schoeniclus witherbyi', que sólo cría en España, en el sur de Francia y en el norte de Marruecos y que se considera 'en peligro de extinción'.

Además, la subespecie nominal 'Emberiza schoeniclus schoeniclus' es propia de Europa occidental y septentrional y cuenta con una población invernante muy importante en España. En este sentido, se localizan, dentro de la vertiente atlántica, en Galicia y Portugal, y en la mediterránea, en la zona del Delta del Ebro, en las Tablas de Daimiel y en Mallorca.

El responsable de conservación de la organización ecologistas, Juan Carlos Atienza, señaló al respecto que en la Comunidad Valenciana "ha desaparecido prácticamente. Aunque no se conoce bien su tendencia se sabe que es muy negativa, por ejemplo en Baleares y Cataluña la población ha descendido hasta en un 80 por ciento en los últimos 10 años y los expertos apuntan que se ha extinguido en los últimos años en Asturias, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, así como que su población se encuentra muy fragmentada, en pocas localidades, y sus hábitats presentan muchas amenazas", comentó el experto.

Asimismo, criticó a las administraciones públicas, que muchas confunden la especie "con los gorriones" y "no se preocupan por su conservación", bien porque no la conocen o porque no les ofrece rédito político protegerla y puntualizó que no se pueden esperar muchos más meses para implantar políticas de conservación ya que la especie está padeciendo una "extinción silenciosa", porque nadie hace nada.

AMENAZA POR LAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

Por su parte, la técnico de especies amenazadas de SEO/BirdLife, Ana Iñigo explicó que este ave es una especie de paseriforme (gragranívoros con pico corto de base ancha y coloración brillante en los machos) que se ha visto "muy amenazada" por los cambios en las prácticas agrícolas, el aumento del uso de fitosanitarios y la mala gestión de zonas húmedas, que es donde principalmente habitan.

Todas ellas habitan principalmente en zonas húmedas con carrizo, tanto en época de cría como de invernada. Así, en los carrizales y en las orlas de vegetación, que circundan los humedales, instalan el nido y encuentran parte de su alimento. La presencia de vegetación es esencial, ya sea carrizo, junquera, masegar, eneal o incluso formaciones de taray.

Además, en invierno, por ejemplo, les proporcionan refugio siendo utilizados como dormideros, especialmente cuando están cerca de campos cultivados donde puedan hallar eriales y linderos donde encontrar semillas de plantas arvenses.

En 2005 se realizó el primer censo nacional de esta especie en 198 localidades, 70 humedales con citas históricas de presencia posible o segura y 128 humedales seleccionados por los coordinadores y expertos regionales por presentar condiciones adecuadas para la especie pero solo se localizaron en 35 humedales. En este censo se localizaron 319 parejas reproductoras, estimándose que podrían llegar hasta las 413 parejas.