Descubren cefalópodos "raros" en aguas profundas de Canarias que forman parte de la dieta de zifios y calderones

Actualizado: martes, 9 junio 2009 17:39

Investigadores del mar 'reclaman' un robot que permita a 1.000 metros conocer el hábitat y los comportamientos de los cetáceos

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los zifios y calderones de El Hierro y Tenerife han incluido en su dieta cefalópodos "raros" --no vistos antes en las islas-- situados entre 200 y 800 metros de profundidad. Son pulpos, calamares, en general, peces de cabeza grandes con patas en la cabeza y además 'fosforescentes' de gran "flotabilidad" que les permite ser accesibles y suculentos alimentos para zifios y cachalotes en las aguas haciendo que estos mamíferos tengan una alimentación "diferenciada" respecto a otras comunidades de mamíferos marinos.

Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores que han participado en la campaña Zifiocal 1 (Zifios y Calderones) liderada por la Universidad de La Laguna (ULL) y el Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI) y que ha contado además con la colaboración del Instittuto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) y el Instituto de Ecología y Biología Marina del Consejo superior de Investigaciones Científicas de Vigo (CSIC). Dicha campaña se ha realizado entre el 1 y el 9 de julio a bordo del buque 'La Bocaina' del Instituto Marítimo Pesquero de la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias.

La investigación nació con el objetivo de explicar por qué los mamíferos del mar --cuyo hábitat se desarrolla en la Costa de las Calmas (El Hierro) y en la franja de costa que hay entre el suroeste de Tenerife y La Gomera-- se distribuyen al igual que en tierra, dijo la bióloga de la ULL, Natacha Aguilar que señaló que unos serían los guepardos, mientras que otros serían los camellos. Partían de la idea de que podía alimentarse en aguas profundas entre 200 y 800 metros, incluyendo en su dieta los cefalópodos de aguas profundas que al contrario de lo que se pensaba en un primer momento no son homogéneos.

En este sentido, el investigador del CSIC y experto en cefalópodos --"animales con patas en la cabeza"--, Ángel Guerra, señaló que en la investigación, desarrollada desplegando una red de arrastre a unos 400 metros a una velocidad de dos nudos (4 kilómetros por hora), ha permitido describir "cefalópodos raros que no se ven habitualmente".

"Tienen varias propiedades, entre ellas, que producen luz, son bioluminiscentes en esas aguas oscuras y eso la producen con unos órganos llamados fotóforos. Algunos son como joyeluras que es un animal con gemas o perlas y que hace una silueta de luz de varios colores, sobre todo verdes, azules y otros lo tienen dentro del cuerpo, hay una infinidad de luces en el océano y que además de servirles para comunicarse, probablemente en los zífidos y calderones llegan con ondas. Es un semáforo que se está continuamente abriendo y cerrando. Es un mar de luces", declaró el experto del Instituto de Ecología y Biología Marina.

Su compañero en el CSIC, Ánguel González, añadió que estos invertebrados --un total de 750 especies -- "han colonizado todos los mares del mundo". "Unos viven en la costa y otros flotando en medio del mar. Esta característica de flotabilidad es que permiten ser accesibles y suculentas especies para zifios y cachalotes, lo que permite concluir que hay una alimentación diferenciada, pues aquí tenemos cefalópodos que se mantienen a media agua", indicó González.

Su tamaño, de menos de un dedo y con concha les permite estar a media agua, además de la luminosidad que les convierte en una presa "accesible" para zifios y calderones. "Esta no es la única estrategia, competitivamente nos da pistas para el futuro y ver la relación con los mamíferos", defendió el investigador del CSIC.

En esta misma línea, el catedrático de Biología Marina de la ULL, Alberto Brito, señaló que con esta investigación se han encontrado animales "muy distintos de los acostumbrados, la luz en medio de la cabeza, la mayor parte de su composición es agua y pesan poco y son extraordinariamente raros". La curiosidad reside sobre todo en que son animales que se alimenta en aguas profundas. En este sentido añadió que mientras los calderones pueden llegar a bajar a 9 metros por segundo, los zifios tiene un metabolismo pausado y lento que se alimentan de estos cefalópodos.

Brito insistió en la necesidad de conocer estas costumbres y formas de alimentarse para proteger a estos animales insistente en que las comunidades no compiten entre sí en hábitos alimenticios y que por primera vez se ha descubierto que existen especies con las que no se contaba hasta ahora.

ROBOTS A MIL METROS

Los investigadores anunciaron que se cuenta con un barco para hacer investigaciones y que solicitarán que se dote con un robot que llegue a los 1.000 metros para seguir haciendo investigaciones, "sin dañar los ecosistemas" dijo Ángel Guerra, que reconoció que el método de arrastre no permite conocer los hábitos de estos cefalópodos, ni el comportamiento de los cetáceos para con ellos, hablando además de la posibilidad de que por medio de alguna marca se pueda hacer que los zifios o calderones puedan mostrar qué pasa y sus comportamientos.

Brito insistió que la importancia de esta investigación radica en que las características de las zonas marinas de El Hierro y Tenerife permite estudiar y conocer los hábitos de estos mamíferos que en otro tipo de aguas es difícil conocer.