El acusado del crimen de la colchonería declaró datos que sólo podía saber "el que había estado allí"

Europa Press Andalucía
Actualizado: martes, 11 mayo 2010 16:37

CÁDIZ 11 May. (EUROPA PRESS) -

Dos de los agentes de la Guardia Civil que declararon hoy como testigos en la segunda sesión del juicio del crimen de la colchonería, ocurrido el 14 de febrero de 2008 y en el que murió acuchillada Loli Amaya, la dependienta de una tienda de colchones en Chiclana de la Frontera (Cádiz), afirmaron que durante la declaración realizada por el único acusado por los hechos declaró datos que no eran conocidos, "sólo" por los investigadores y "por alguien que estaba allí en el escenario" del delito.

Durante su declaración, los agentes del Instituto Armado señalaron que el acusado en principio declaró "con pelos y señales" lo que había hecho hasta que perpetró el primer robo que realizó en una tienda aquella tarde, mientras que a partir de ahí "empezaba a divagar" y caía en "contradicciones".

Posteriormente, "fue reconociendo" su implicación en el suceso que costó la vida a la dependienta de la colchonería. En este sentido, uno de los agentes señaló que al principio no lo creyeron , "hasta que dio detalles que sólo podían saber los instructores y el que había estado allí", como por ejemplo el "lugar exacto" donde ocurrieron los hechos, ya que ese dato "no había salido en ningún lado, ni en los medios de comunicación".

Según manifestó durante la sesión de la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Cádiz uno de los agentes presentes en la toma de declaración al acusado, fue un testimonio que "llamo la atención", ya que "no lo sabía nadie".

Asimismo, otro de los agentes que estuvo presente en la declaración manifestó que cuando el acusado llegaba en su relato al momento de la agresión "se paraba" y no quería contarla. Además, todos los agentes que declararon negaron las coacciones que el acusado manifestó en el primer día de juicio que había sufrido y recordaron que todas las declaraciones se hicieron con presencia de un abogado.

Igualmente, indicaron que fue el propio acusado el que, conducido hasta el río, indicó el punto donde había tirado el cuchillo que había utilizado para cometer los hechos delictivos.

Por otra parte, un testigo de la defensa, con quien el acusado había manifestado que estuvo bebiendo cervezas antes de los hechos que se juzgan, declaró que era cierta que había estado con él, pero negó que estuviera borracho, llegando a afirmar que lo vio "bien".

HECHOS

Según el escrito de acusación de la Fiscalía al que tuvo acceso Europa Press, sobre las seis de la tarde del día del 14 de febrero de 2008, el acusado perpetró un robo, esgrimiendo un cuchillo de 20 centímetros y medio de hoja, en un establecimiento de la localidad, consiguiendo un botín de 150 euros.

Posteriormente, sobre las 21,00 horas, con el mismo cuchillo, se dirigió a la colchonería 'Dulces sueños' y, con una gorra en la cabeza y una braga del cuello hasta la nariz para impedir su identificación y tras comprobar que en su interior se encontraba únicamente la dependienta Dolores Amaya, se acercó a ella y esgrimiéndole el cuchillo le exigió que le entregase la recaudación.

Según la Fiscalía, con la intención de causarle la muerte y de manera súbita que imposibilitó cualquier tipo de defensa, una vez entregada la recaudación la acuchilló causándole la muerte. Además, el acusado se deshizo con posterioridad del cuchillo lanzándolo al río Iro de Chiclana donde fue localizado por los agentes de la Guardia Civil .

Asimismo, en su escrito de acusación, la Fiscalía hace constar que el acusado padece de trastorno paranoide de la personalidad que no afecta a sus capacidades intelectivas y volitivas .

Por todo ello, la Fiscalía pide un total de 28 años, de los que nueve son por dos delitos de robo con intimidación y 19 años por un delito de asesinato, además de una indemnización de 105.000 euros para los familiares de la fallecida.

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