Piden cárcel en Córdoba para un dentista acusado de acosar sexualmente a una trabajadora

Actualizado: lunes, 28 marzo 2016 15:16

CÓRDOBA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía pide una pena de siete meses de prisión para un dentista acusado de un delito de acoso sexual o alternativamente de un delito contra la integridad moral, supuestamente cometido sobre una trabajadora de la clínica que el hombre dirige con su mujer en la capital cordobesa. El juicio se prevé celebrar en el Juzgado de lo Penal número 2 de Córdoba.

Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado tenía una relación directa profesional directa con la afectada, al ser la persona que le ordenaba el trabajo como auxiliar de clínica en las intervenciones médicas que realizaba.

Desde el inicio de la relación laboral, en abril de 2012, el acusado presuntamente le hacía a la mujer, de nacionalidad hondureña, "comentarios que nada tenían que ver con su trabajo y en tono despectivo". A partir del verano de 2013, el varón "comenzó a realizarle continuas insinuaciones de contenido sexual".

De esta forma, con el tiempo los comentarios "se fueron repitiendo más frecuentemente con continuas insinuaciones de carácter sexual, tocándole los brazos o la cintura", algo que era "rechazado siempre" por la mujer, que evitaba cualquier tipo de relación con el procesado que no tuviera que ver con su relación laboral.

Debido a las circunstancias, la afectada "evitaba quedarse a solas" con el acusado, porque "era en esos momentos cuando le decía los comentarios", según explica el fiscal, quien apunta que en enero de 2014 el hombre supuestamente le dijo que quería violarla, "aprovechando que se encontraban a solas".

Asimismo, relata que en febrero de 2014 él le puso a ella "un babero, utilizado para cubrir el pecho de los pacientes, sujetándola con el mismo". Al respecto, el Ministerio Público señala que "la situación continuó igual, sin que la denunciante denunciara para evitar perder su puesto de trabajo, rechazando siempre todas las insinuaciones que le indicaba el acusado con contenido sexual", hasta que en marzo de 2014 pidió la baja "por enfermedad derivada de la angustia producida por la actitud" del procesado.

Como consecuencia de estos hechos, la mujer ha sufrido estrés postraumático que ha tardado en estabilizarse 90 días, aunque le han quedado como secuelas trastornos neuróticos.