MADRID 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
La administración concursal de Viajes Marsans y el Ministerio Fiscal han solicitado a la juez que declare a los antiguos dueños de la compañía Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual responsables del 66% de la deuda insatisfecha y a los últimos propietarios -la sociedad Posibilitum Business- del 34% restante, según informa el bufete Iure Abogados en un comunicado.
Así se desprende del último informe enviado por los administradores concursales de la compañía al Juzgado de lo Mercantil número 21 de Madrid, que tramita el concurso de acreedores de Viajes Marsans, actualmente en fase de liquidación, y que cuenta con un 'agujero' patrimonial de 424,4 millones de euros.
En su informe, los administradores concursales informan de que solo han podido abonar los créditos contra la masa correspondientes a junio de 2010 y que existe una "escasa perspectiva de monetización de los activos" para pagar a los acreedores ordinarios con la liquidación.
Sin embargo, los gestores de Viajes Marsans consideran que existe una posibilidad de cobro por las responsabilidades civiles de los antiguos gestores de la compañía, por lo que piden que se les declare culpables del vaciamiento patrimonial para que hagan frente al pago con su propio patrimonio.
En febrero de 2011, la juez Ana María Gallego dictó un embargo preventivo de bienes por valor de 424,4 millones de euros contra Díaz Ferrán, Pascual y Posibilitum para cubrir el déficit patrimonial del grupo turístico. La juez está pendiente de señalar la vista oral en la que se dimirá sobre la culpabilidad concursal de todos ellos.
Los administradores concursales prevén que con la liquidación de la empresa solo podrán pagar los créditos contra la masa, tales como los relativos a los trabajadores, gastos judiciales y del procedimiento.
Los antiguos dueños de Viajes Marsans presentaron el concurso de acreedores de la compañía en junio de 2010 al mismo tiempo que anunciaron la venta a Posibilitum Business, del empresario experto en empresas en quiebra Ángel de Cabo, que también compró Nueva Rumasa.
La compañía turística fue declarada en concurso con un déficit de 271 millones, resultante de un pasivo de 552 millones (sin incluir los créditos contra la masa) y un activo teórico de 281 millones de euros.