Actualizado 06/03/2006 16:04

RSC.- Una emprendedora social de Ashoka crea en Bangladesh un servicio especial de guardería para empleadas del textil

Está presionando a Nike, GAP o Levi's para incluir este servicio como requisito necesario para comprar productos a las fábricas del país


MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

La emprendedora social integrante de la red internacional de Emprendedores Sociales Ashoka, Suraiya Haque, ha puesto en marcha en Bangladesh una iniciativa pionera que facilita a las empleadas que trabajan en el sector textil del país el cuidado de sus hijos durante la jornada laboral, gracias a la organización Phulki y que Ashoka destaca esta semana con motivo de la celebración el miércoles del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que este año se celebra bajo el lema 'La mujer en la adopción de decisiones: enfrentando los desafíos, generando el cambio'.

Desde que en 1977 la Organización de Naciones Unidas proclamara este día el camino hacia la igualdad de género "ha dado grandes pasos", aunque todavía hoy las mujeres "sufren discriminación por su condición sexual y no cuentan con suficiente presencia y participación activa en el sector laboral, en los foros de toma de decisiones y en otros muchos ámbitos de la sociedad".

Además de las políticas de igualdad que desarrollan las instituciones, existen otras muchas formas de luchar de manera efectiva por los derechos de la mujer, como las iniciativas de las Emprendedoras Sociales de Ashoka Charlotte Frank, Suraiya Haque, Rosario García y Santos y Binta Sarr, que han desarrollado nuevos modelos para mejorar la situación de las mujeres.

En el caso de la primera, Charlotte Frank, de Estados Unidos, ha creado un modelo de vejez activa y reconocida para mujeres profesionales; el de Suraiya Haque, en Bangladesh, con su sistema de cuidado para los hijos de mujeres trabajadoras del sector textil, un sistema de microempresas y desarrollo tecnológico para la mujer rural, de Rosario García y Santos, en Uruguay, o un nuevo modelo de microcréditos y formación en liderazgo y toma de decisiones, de Binta Sarr, en Senegal.

Todas ellas han propuesto una idea innovadora para resolver un problema social concreto que se da en sus países de origen, una idea que cambiará los patrones de trabajo y la conducta en ese campo, es decir, una iniciativa que ofrecerá una solución estructural y duradera a ese problema concreto, todas ellas en el marco de esta organización sin ánimo de lucro llamada Ashoka que apoya su trabajo.

Cuando Ashoka identifica al emprendedor social con una idea innovadora capaz de conseguir una verdadera transformación social, le apoya económicamente con un pago mensual durante tres años para que pueda dedicarse por completo a implantar su idea. Además, durante toda la vida de la idea, proporciona diferentes servicios a través de su red mundial de Emprendedores Sociales, que cuenta ya con 1.600 Emprendedores en 60 países que actúan en todos los campos sociales.

EL CASO DE BANGLADESH

Suraiya Haque, que trabaja en su país por la gualdad de género, los Derechos Humanos y los laborales, detectó hace años que las madres trabajadoras de las ciudades de Bangladesh, la mayoría con escasos recursos, encuentran graves dificultades para acceder a servicios de guardería para sus hijos. La mayoría se ven forzadas a dejarlos desatendidos en sus barriadas exponiéndoles a todo tipo de riesgos, una situación, que además, provoca que sean menos productivas en sus lugares de trabajo, ya que tienen que ausentarse a menudo para atender a sus hijos.

La Constitución de Bangladesh asegura igualdad de derechos para las mujeres en todas las esferas de la vida, y en sus principios está establecido que los lugares de trabajo en los que haya 50 o más mujeres contratadas se deben proporcionar facilidades para el cuidado de los hijos, pero la realidad es que el Gobierno ha suspendido la implantación de un buen número de sus leyes y acuerdos, y la mayoría de las organizaciones y empresas prefieren ignorar este requisito.

Esta Emprendedora cree que si se introducen facilidades para que las mujeres trabajadoras tengan un servicio de guardería, aumentarán sus oportunidades laborales y sus hijos recibirán una mayor atención y estarán protegidos en un entorno más seguro. Ella es la primera persona en Bangladesh que ha introducido e implantado las guarderías en los espacios laborales. Su organización, Phulki, ha establecido guarderías en las fábricas, en oficinas y en otros espacios de la comunidad.

Su primer objetivo ha sido la industria textil, que en su país da empleo a más de un millón de personas, en su mayoría mujeres. Pero aportar una solución parcial no resuelve el problema, por eso Haque ha creado un programa, dentro del sistema de centros-guardería, para implicar a los padres, que tradicionalmente asumían menos responsabilidades sobre el cuidado de los hijos. Además, su organización enseña en las fábricas y oficinas a gestionar sus propias guarderías.

Además, ha comenzado a difundir este modelo en otros sectores, como las ONG y los bancos, ha establecido y enseñado a administrar guarderías en BRAC, la ONG más importante del país, y ha sido nombrada responsable de la creación y puesta en marcha de centros similares en la Secretaría del Gobierno y en la Junta Directiva del Departamento de Asuntos para la Mujer.

Actualmente más de 1.000 mujeres y 2.500 niños se han beneficiado de este sistema de centros-guardería y su idea es implantar franquicias de su modelo en toda la industria textil de Bangladesh a través del asesoramiento a distintas organizaciones civiles para que reproduzcan su idea.

Además, esta Emprendedora Social está presionando a grandes fabricantes de Estados Unidos como Nike, Reebok, GAP, LL Bean, Liz Claieborne y Levi's para que incluyan el servicio de guardería como uno de los requisitos necesarios para la compra en las fábricas del país.

Suraiya Haque también está trabajando para implicar a los fabricantes textiles de Bangladesh y a la Asociación de Exportación (BGMEA) para que establezcan guarderías,con un acuerdo por el que BGMEA promoverá el programa a través de sus miembros y cada año asignará cierto número de fábricas para implantar este servicio.