Actualizado 14/03/2006 14:16

RSC.- La rotura de un oleoducto de BP en Prudhoe Bay (Alaska) provoca el derrame de más de 6.000 barriles de crudo

El sistema de detección de incidentes no funcionó en esta ocasión y el vertido podría suponer a BP una multa de hasta 2 millones de euros


MADRID, 14 Mar. (EP/AP) -

La rotura de un oleoducto de la compañía petrolífera BP en Prudhoe Bay (Alaska), ocurrido el pasado día 2 y que ha trascendido esta semana, ha supuesto el derrame de más de 6.000 barriles de crudo a lo largo de cerca de una hectárea de terreno que ha quedado cubierta completamente por el petróleo, aunque todavía no se ha podido evaluar el impacto ambiental de este vertido.

Según informa el Departamento de Conservación Medioambiental de este Estado de Estados Unidos, los primeros análisis señalaron que el derrame habría sido provocado por la corrosión del propio oleoducto que fue descubierta por un trabajador de la compañía el pasado día 2. Tras ello, fue necesario paralizar la producción de más de 100.000 barriles de crudo diarios de uno de los mayores centros de extracción estadounidenses.

A raíz de esta catástrofe medioambiental, las organizaciones ecologistas pertenecientes al Refugio Nacional de la Naturaleza del Ártico, comunicaron que este suceso sirve para desmentir las declaraciones de las empresas que operan en la zona que afirmaban que las nuevas tecnologías "permiten realizar las prospecciones de forma segura".

Según los datos aportados por el Departamento de Conservación Medioambiental de Alaska, este ha sido el mayor vertido en la historia de la región de North Slope (norte), uno de las zonas con mayor producción de petróleo del mundo, y donde están presentes las compañías más grandes del sector.

UN DERRAME MÁS

De esta forma, los grupos de defensa del Medio Ambiente aseguraron que este caso recuerda a otros como el del petrolero de Exxon Valdez que en 1989 derramó más de 40 millones de litros de crudo sobre la costa de Alaska y que provocó la muerte de más de 250.000 aves, casi 3.000 nutrias, 300 focas, 250 águilas calvas y 20 orcas, así como un número sin determinar de salmones y arenques.

En relación con este nuevo derrame aún se están realizando las labores de limpieza en la zona que se estima que se mantengan al menos durante seis semanas más. El portavoz de BP, Dan Larson, explicó que "todavía queda mucho trabajo por hacer", y además "bajo unas condiciones meteorológicas muy adversas".

Para recoger el vertido está siendo utilizada una bomba de extracción que separa la nieve contaminada, que es trasladada para su posterior limpieza y licuación con el fin de no desperdiciar el petróleo. Desde la compañía afirman que el objetivo de esta 'recolección' es recuperar al menos el 90% del crudo derramado.

Mientras, el representante del Departamento de Conservación Medioambiental de Alaska, Ed Meggert, mostró sus deseos de que se pueda recuperar la tundra afectada de la zona, aunque "nunca volverá a estar perfecta".

El vertido, que se encuentra en un terreno del tamaño de algo más de dos campos de fútbol, está siendo recogido con celeridad gracias a las bajas temperaturas que facilitan la extracción, pero este ritmo se ralentizará si éstas aumentan.

El agujero en el oleoducto dañado fue reparado el pasado sábado por los trabajadores de BP, tras lo que manifestaron que la producción de barriles podía reanudarse "de inmediato", aunque no se espera que se retome la actividad habitual hasta dentro de una semana al menos.

Por el momento, se está manteniendo una producción reducida de 5.000 barriles al día, muy inferior a los 100.000 que se generan cuando la planta se encuentra a pleno rendimiento.

El oleoducto posee un sistema de detección de derrames que, parece ser, no funcionó en esta ocasión, por lo que será investigado por las autoridades para determinar cuales fueron las causas de este fallo, que podría suponer una multa de hasta 2 millones de euros para BP.