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"Estudiar es lo más importante que hay que hacer", afirma Carmen Jiménez, de 23 años, que realizó sus prácticas en Portugal
MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
La joven Carmen Jiménez Recena, de 23 años y vecina de la localidad madrileña de Alcobendas, se convirtió el año pasado en la primera estudiante española con síndrome de Down en participar en el programa europeo de movilidad Erasmus+ al pasar seis semanas en Portugal realizando las prácticas de sus estudios de Formación Profesional.
"Me enseñaron a ser independiente", explica Carmen en una entrevista a Europa Press con motivo del Día Internacional del Síndrome de Down, que ella ha celebrado participando en un coloquio con más de 200 estudiantes de Primaria en los que ha podido derribar prejuicios y estereotipos relatando su extraordinaria experiencia personal.
"Estudiar es lo más importante que hay que hacer", es uno de los mensajes que ha dirigido este jueves a los chavales del colegio público Esperanza de Madrid. Ella todo lo ha conseguido estudiando.
Primero, logrando el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en el colegio inclusivo Tres Olivos de la capital, donde también lograría el título del ciclo formativo de Grado Medio de Técnico en Farmacia y Parafarmacia.
Mientras lo cursaba, Carmen reconoce que no sabía lo que era el programa Erasmus+ hasta que un día se topó con un cartel. Y se animó, respaldada por profesores y familia.
Así, la joven se convirtió, al pasar seis semanas realizando prácticas en la Farmácia Do Calendário de Vila Nova de Famalicão (Portugal), en la primera estudiante española con síndrome de Down en disfrutar de este programa de movilidad con el que cada año miles de europeos cursan sus estudios un país diferente al de su origen en la Unión Europea.
"Allí tuvo una persona de apoyo, que aporta el programa para estudiantes con necesidades especiales, pero vivió en una residencia siendo súper autónoma y gestionando su tiempo", apunta Manoli, la madre de Carmen, que confirma que durante su estancia en Portugal pudo vivir a su aire.
"Aunque estés haciendo tus prácticas también podíamos salir por las noches, a estar fuera, a bailar, y hacíamos cosas que nos gustaban como excursiones", explica la joven, que considera la experiencia imprescindible para lograr la autonomía personal y laboral".
"Creo que hay que aprender el punto de estar fuera de casa, y hay que ser autónomos en el trabajo", defiende Carmen, que a pesar de haber logrado el título sigue buscando trabajo.
"A ver si algo sale, en una farmacia normal o en una hospitalaria", apunta para enfatizar su condición de demandante de empleo, aunque no pierde el tiempo y durante la búsqueda ha finalizado un curso oficial de monitor de ocio y tiempo libre y realiza un voluntariado en Cruz Roja.
Mientras busca trabajo, le caen los premios. Ya logró tras su Erasmus en Portugal el Reconocimiento a la Calidad del Programa Erasmus+ por su estancia en el país vecino.
Más recientemente, el Ayuntamiento de su ciudad, Alcobendas, le entregó en vísperas del 8 de marzo el premio Atenea 2019 por dar visibilidad a las personas con diversidad funcional y ser "un ejemplo de mujer que, con esfuerzo y afán de superación, ha logrado sus metas", según el jurado.