MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
España no está exenta de sufrir un 'tsunami', es decir una ola gigante provocada por un terremoto en el mar o maremoto, aunque sus efectos serían de menor intensidad que los registrados en Samoa, que se ha cobrado la vida de al menos un centenar de personas, según explicó hoy la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), María José Jurado.
En declaraciones a Europa Press, esta experta señaló que la peligrosidad, la fuerza y los efectos de un 'tsunami' en España "no serían tan grandes" como el del acaecido ayer en Samoa, al tiempo que recordó que "de hecho, sí se han detectado pequeños maremotos en el país". "Aunque sea a una escala más pequeña, existe la posibilidad de un 'tsunami' en España", insistió la experta, que reconoció que el país no se encuentra en una zona de placas como Japón, donde viven "a diario con terremotos y pequeños 'tsunamis'".
Así, expuso que los terremotos de esta magnitud no son frecuentes, pero en distintos momentos "pequeños 'tsunamis'" llegaron a las costas españolas. A nivel histórico, tras el gran terremoto de Lisboa a principios del siglo XIX se produjeron maremotos "bastante destructivos en España de los que se conservan evidencias" similares a las registradas inicialmente en Sumatra. "A grandes terremotos, grandes 'tsunamis'", precisó Jurado.
Asimismo, concretó que el 'tsunamis' de Samoa --que deja ya más de un centenar de víctimas mortales-- se originó por un maremoto en la convergencia de la placa del Pacífico y la Australiana, que avanza hacia el oeste a una velocidad de unos 8,6 centímetros al año por lo que, de vez en cuando, se producen rupturas en la cornisa y en fallas, generando estos terremotos.
La investigadora añadió que la capacidad de destrucción de los 'tsunamis' depende de la morfología del fondo, del punto donde esté el epicentro del terremoto y también de la forma de las zonas de la costa donde éste llegue primero. "Es como si tienes un barreño con agua y le das un golpe en el fondo, las ondas que se generan en la superficie dependen de la fuerza con que se haya dado el golpe y de la forma del barreño. Esto mismo pasa con un 'tsunami'", precisó.
DETECTAR PARA PREVER
Por otra parte, Jurado destacó la labor de los centros de prevención, como el Servicio Geológico de Estados Unidos o el Servicio de Información Sismológica en Postdam (Alemania), donde se registra cada movimiento sísmico "casi de forma inmediata", con el fin de evaluar el riesgo y transmitir la información mediante los centros de alerta. Sin embargo, a su juicio, el problema está en que las posibilidades de evitar una catástrofe dependen de la forma y el tiempo en que la información llegue a la población.
"Ese tiempo puede ser crítico para evitar o producir víctimas", incidió la investigadora del CSIC que lamentó que, en ocasiones, en función de "lo remoto, extenso o poco desarrollado" de la zona puede alertarse a la población, o no. "El tiempo puede ser muy corto, aunque normalmente suele haber un margen", señaló Jurado, que recordó la llegada del 'tsunami' de 2004 se supo en algunos puntos con horas de antelación pero no se pudo transmitir la información a la población para ser evacuada.