DADAAB (KENIA), 28 (Reuters/EP)
El robo de ganado y el reclutamiento forzoso de hombres somalíes, junto con la expulsión de las agencias humanitarias, todo ello llevado a cabo por la guerrilla islamista Al Shabaab, ha provocado el agravamiento de la situación humanitaria en Somalia, según varios refugiados que han huido del territorio somalí hasta los campamentos superpoblados en Kenia, ya de por sí muy deteriorada por la peor sequía de los últimos 60 años que afecta a varios países de la región del Cuerno de África.
Al Shabaab controla la mayor parte del sur de Somalia, donde la ONU ha declarado la situación de hambruna. Los efectos de la peor sequía de los últimos 60 años, según varias ONG, se han unido al robo de animales y al reclutamiento forzoso de hombres que ha efectuado la guerrilla.
Noor Ibrahim Hasan, empujando un carro de madera en el que va su hija minusválida, hace cola para registrarse en una oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que intenta gestionar la llegada masiva de personas que pasan la frontera entre Somalia y Kenia.
"Al Shabaab nos robó nuestro ganado, diciéndonos que es para caridad. Y nos robaron a nuestros hombres. Muchos jóvenes han sido reclutados forzosamente para sus filas", señala este pastor, padre de tres hijos.
La determinación de Hasan de sobrevivir a la sequía, que afecta a doce millones de personas en Somalia, Etiopía, Kenia y Yibuti, desapareció cuando le robaron sus animales. "No hemos tenido lluvia desde hace tres años. Hemos perdido todo. La gente muere a nuestro alrededor", exclamó.
Durante varios días, Hasan guió a su familia por el sur de Somalia hasta Kenia con el temor de acabar en manos de rebeldes de Al Shabaab, que suelen decapitar o amputar a los que consideran culpables. Hasan ha conseguido llegar al campamento de Dadaab, en Kenia, a 80 kilómetros de la frontera, donde viven actualmente 400.000 refugiados.
El registro de los nuevos y el reparto de raciones de comida de emergencia son tareas que parece que no acaban nunca. Un trabajador de ACNUR declaró que "cada vez lleva más tiempo registrarlos", indicó.
"Necesitamos más personal. Tenemos a miles y miles de personas con muñequera", explicó, en referencia a las refugiados a los que se les coloca una serie de pulseras de colores para identificar a los recién llegados y que están a la espera del registro.
El campamento está plagado de tumbas recién excavadas y de los esqueletos del ganado. En Ifo, uno de los tres campamentos que forman Dadaab, se han levantado cientos de tiendas en los últimos cuatro días y ya se han instalado 4.000 personas.
Otro refugiado, Alí Ibrahim, acusó a Al Shabaab de agravar la inseguridad alimentaria al expulsar a las agencias humanitarias de su territorio. "Sí, esta es la peor sequía que he visto en mi vida. Pero las ONG que trabajaban antes en Buale (en el sur de Somalia) se fueron por las amenazas de Al Shabaab. Estaban dando comida y asistencia sanitaria", señaló.
La milicia, que lucha para imponer la ley islámica en el país, ordenó a varias agencias humanitarias, entre ellas al Programa Mundial de Alimentos (PAM), que detuviesen sus operaciones en las zonas que controlan de Somalia y abandonasen el país. La guerrilla les acusó de tener planes ocultos.