MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
La organización ecologista Greenpeace lamentó que la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, por sus siglas en inglés) haya fallado un año más en la gestión de la pesquería del atún rojo (Thynnus thunnus) y acusa al organismo de "incompetencia" por condenar a esta especie a la extinción.
Así, denuncia que los 48 países miembros de la ICCAT han cedido a los intereses de "unas pocas pesquerías y empresas de engorde", porque, a su juicio, de nuevo se han aprobado medidas que "ponen en peligro la recuperación del atún rojo, una de las especies más sobre-explotadas del mundo".
De acuerdo a los datos científicos que maneja la organización, para que los 'stocks' se recuperen en un 50 por ciento en 2023, la captura anual de atún rojo tendría que limitarse a 8.000 toneladas. En ese sentido, Greenpeace manifiesta que "a pesar de las repetidas llamadas al cierre de la pesquería" la Unión Europea, los países pesqueros del Mediterráneo y Japón "han forzado" a la reunión que se celebró del 6 al 15 de noviembre en Recife (Brasil) a establecer una captura de 13.500 toneladas.
"Un año más, ICCAT ha vuelto a fallar eliminando cualquier posibilidad de recuperación del atún rojo. Además, esta reunión ha demostrado que los estados pesqueros son incapaces de respetar sus propias medidas de control, y que no son conscientes de la sobre-capacidad de su flota pesquera", criticó la responsable de océanos de Greenpeace, Celia Ojeda, que asegura que las dos "únicas" medidas para salvar a la especie de su extinción comercial son la prohibición del comercio internacional y la protección de sus zonas de desove.
"Se hace patente la incompetencia de ICCAT al no tomar medidas para proteger especies de tortugas, tiburones y aves. Su decisión ha sido un acuerdo de 'tratar estos temas en la reunión del año que viene'", apostilló.
Asimismo, Greenpeace añade que los miembros del ICCAT permitirán a Marruecos seguir usando el arte de pesca ilegal de redes de deriva hasta 2012, que califican como "cortinas de la muerte" porque pescan ilegalmente pez espada, matando anualmente en el Mediterráneo unos 4.000 delfines y 25.000 tiburones pelágicos. Además, recuerda que esta decisión ha sido apoyada por la Unión Europea, representada en Brasil por la Comisión Europea, y por Estados Unidos.
Finalmente, la ONG urge a establecer una "gestión integrada" de los ecosistemas marinos que esté basada en el principio de aproximación sistémica y que establezca "específicamente" una red de reservas a gran escala, que proteja tanto aguas nacionales como internacionales.
