Actualizado 21/04/2009 21:36

El Ejército de S.Lanka eleva a 62.600 los desplazados en las últimas horas mientras intensifica su ofensiva

((Esta crónica sustituye a la anterior sobre el mismo tema por una actualización en el número de desplazados))

Los campos de refugiados del norte de la isla están saturados y las ONG piden un alto el fuego para permitir la entrada de ayuda


COLOMBO, 21 Abr. (Reuters/EP) -

El Ejército de Sri Lanka elevó hoy a 62.600 los civiles que han huido en las últimas horas de la zona de conflicto en el noreste de la isla, el mismo día en que se han reanudado las operaciones en el reducto que sigue controlando el grupo rebelde Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) una vez que ha concluido el ultimátum fijado ayer por las autoridades para que se rindieran.

El Gobierno ceilandés lanzó ayer un ultimátum al LTTE para que se rindiese sin condiciones antes de esta pasada medianoche (8:30 en España). La nueva ofensiva podría ser el acto final de una guerra que dura ya casi 30 años y es, por lo tanto, la más antigua del continente asiático.

Pero los Tigres Tamiles aseguraron hoy que nunca se rendirán. "Lucharemos y tenemos la confianza de que ganaremos con la ayuda de la población tamil", afirmó el secretario general del secretariado de paz del grupo rebelde, Seevaratnam Puleedevan, en declaraciones a Reuters por teléfono.

Al mismo tiempo que se reanudaban los combates, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió de que en las últimas 48 horas han muerto cientos de civiles y definió la situación en el noreste de la isla como "catastrófica". Una vez más, como también han hecho la ONU y diversos gobiernos, la ONG pidió a las partes en conflicto que eviten en lo más posible las bajas civiles.

Sin embargo, el Ejército ceilandés volvió a aumentar el número de desplazados que ha dejado el conflicto en las últimas horas. "Hasta ahora, 62.600 personas han salido y todavía siguen llegando", explicó el portavoz militar Udaya Nanayakkara, quien añadió que las tropas ya han llegado a la playa, por lo que la zona controlada por los rebeldes se ha dividido en dos. Además, negó que se hayan producido heridos entre la población civil.

En esta reducida área de influencia que le queda a la guerrilla es desde donde el LTTE asegura que su líder, Vellupillai Prabhakaran, de 54 años, está dirigiendo el combate contra el Ejército.

Por otro lado, el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, rechazó hoy de nuevo el intento de Reino Unido de nombrar a un enviado especial, al tiempo que insistió en que no habrá ninguna pausa en la guerra.

En una conversación que mantuvo ayer con el primer ministro británico, Gordon Brown, el mandatario puso de manifiesto que el éxodo de civiles "ha supuesto una nueva situación y ha dado instrucciones para nuevos envíos de comida, medicinas y otros bienes esenciales", señala un comunicado de la Presidencia publicado hoy.

El portavoz del CICR, Simon Schorno, aseguró hoy en Ginebra que en la zona libre de combates permanecen al menos 50.000 civiles. El Ejército señala que el número es menor, pero no ha facilitado ninguna cifra. Antes del éxodo, según los militares, había alrededor de 60.000 civiles en la zona.

Mientras, los Tigres Tamiles aseguran que los bombardeos del Ejército han provocado la muerte de 1.000 civiles, pero las cifras que ofrecen tanto unos como otros no son confirmadas de forma independiente y muchas veces los bandos tienden a incrementar los balances de bajas que dicen haber causado a la parte contraria.

"LO PEOR ESTÁ POR LLEGAR"

Pero además, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) subrayó hoy su temor, a la vista de las nuevas cifras de víctimas, por los niños que permanecen atrapados en el noreste. "Con los últimos acontecimientos, nuestro miedo es que lo peor está aún por llegar", denunció Daniel Toole, director de UNICEF para el sur de Asia.

Según la ONU, más de 100.000 personas están atrapadas en medio de una intensa lucha que se desarrolla en una franja de playa de 14 kilómetros cuadrados. Por ello, Toole indicó que con esta alta concentración de personas en un espacio tan pequeño "seguirá aumentado el número de niños muertos en este conflicto".

De este modo, UNICEF insistió en el llamamiento del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, a un alto el fuego de forma que los trabajadores de organizaciones humanitarias puedan acceder a la zona de conflicto y que los civiles que quieran salir puedan hacerlo.

SATURACIÓN EN CAMPOS DE DESPLAZADOS

Asimismo, Toole avisó de la saturación que existe en los campamentos de refugiados de Vavuniya, Jaffna y Mannar, donde hay unos 65.000 desplazados internos, según UNICEF, que advierte de que en las próximas horas llegarán unos 35.000 más.

El apoyo de emergencia de UNICEF para los niños y sus familias incluye apoyo en nutrición para los niños malnutridos y sus madres, suministro de agua potable, distribución de kits de higiene, kits de salud en emergencias y kits de enseñanza, además de equipamientos como letrinas y centros de enseñanza temporales. Al mismo tiempo, UNICEF apoya a los hospitales para cubrir las necesidades crecientes de niños y madres, y refuerza el apoyo psicosocial y las labores de identificación de niños que han sido separados de sus familias.

Pero para cubrir las necesidades más inmediatas de la población afectada por problemas de salud y malnutrición, agua y saneamiento, protección y educación, el organismo de la ONU afirmó que necesita "con urgencia" fondos por valor de 3,5 millones de dólares.

La ONG World Vision también está llevando ayuda a los desplazados internos, que necesitan con urgencia agua, comida y medicinas para sobrevivir. "Antes de que se produjera el éxodo del pasado lunes, en los campos de refugiados de Jaffna, Mannar y Vavuniya ya había 65.000 personas a las que estamos ayudando con comida y agua", explicó Suresh Barlett, director de World Vision en Sri Lanka.

La organización, que lleva 30 años realizando proyectos de desarrollo y tareas de ayuda humanitaria en Sri Lanka, ha llevado en las últimas semanas alimentos a más de 25.000 desplazados internos. "Todos los días repartimos alrededor de 70.000 litros de agua en varios campos de desplazados y en cooperación con otras ONG hemos proporcionado atención médica a 700 familias", añadió Barlett.

Pero subrayó que "ahora más que nunca es necesaria la ayuda a los desplazados internos", por lo que también reclamó un "cese inmediato de la violencia para que las ONG puedan llegar a las personas que aún se encuentran en la zona de enfrentamientos".