MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El dióxido de carbono (CO2) residual puede transformarse en combustible útil con la ayuda de la energía solar gracias a un estudio pionero financiado en el marco del VI Programa Marco de la Comisión Europea (VIPM).
El proyecto se desarrolla conjuntamente entre el Instituto Max Planck en Alemania, la Universidad Louis Pasteur en Francia y la Universidad de Patras en Grecia, coordinado por investigadores de la Universidad de Mesina en Italia, según recoge el último boletín de 'Energías Renovables'.
La técnica empleada en el experimento es electrocatalítica y se basa en la utilización de un catalizador de partículas de platino y paladio en el interior de nanotubos de carbono. Gracias a ella, los investigadores han logrado romper los enlaces químicos de CO2 y crear moléculas de carbono de cadena larga que pueden convertirse fácilmente en gasolina y diésel.
En un primer paso, los ingenieros utilizaron luz solar con un catalizador de titanio para dividir moléculas de agua, separando protones libres (iones de hidrógeno), electrones y oxígeno. Posteriormente, utilziaron los electrones libres para reducir el CO2 y unir los átomos de carbono en el interior de nanotubos de carbono.
Hasta la fecha, sólo se ha logrado convertir un 1% del CO2 en combustible aunque los científicos creen que en uos diez años habrá reactores de energía solar capaces de convertir el gas en combustible.