El coronavirus empujará a más personas a depender de la ayuda humanitaria en el noreste de Nigeria

Campo de desplazados de Dalori 2, en Nigeria
Campo de desplazados de Dalori 2, en Nigeria - OCHA NIGERIA
Actualizado: sábado, 16 mayo 2020 10:28

Preocupa que la enfermedad se propague en los campos de desplazados, por eso Naciones Unidas apuesta por su descongestión

Reclama más fondos y que se permita acceso sin restricciones a la población vulnerable

MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -

La situación en el noreste de Nigeria, y en especial en el estado de Borno, se ha venido deteriorando en los últimos meses, con un aumento de los ataques por parte de Boko Haram y de su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), lo que había provocado un aumento de las personas necesitadas de ayuda humanitaria para sobrevivir. La llegada del coronavirus hará que esta cifra aumente aún más por lo que desde la ONU apelan a apoyar con fondos la respuesta humanitaria.

"Ya antes del coronavirus habíamos visto un marcado aumento en el número de personas necesitadas de ayuda", que pasaron de 7,1 millones en 2019 a 7,9 millones este año, así como de la cifra de personas en inseguridad alimentaria y que pasan hambre, que son ya 3,7 millones frente a los 3 millones del año anterior, explica a Europa Press la portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en el país, Eve Sabbagh.

Diez años de violencia en Borno, Adamawa y Yobe han dejado a unos 1,9 millones de desplazados, el 80 por ciento de los cuales se encuentran en el primero de estos estados, el más castigado. Buena parte de ellos residen en campamentos superpoblados con "escaso acceso a agua y saneamiento adecuados", de ahí el que "la descongestión de los campos sea una prioridad", subraya.

"Al ver cómo cientos de desplazados han perdido su cobijo pasto de las llamas en incendios que se propagaron rápidamente de un refugio a otro debido a la superpoblación, nos podemos imaginar el impacto desastroso que una enfermedad tan contagiosa como la COVID-19 puede tener en estos lugares", destaca la portavoz de la ONU, en referencia a recientes incendios en los que incluso murieron algunos desplazados.

OCHA / Eve Sabbagh

El conflicto ya había afectado a los servicios de salud en esta parte del país, dejando a buena parte de la población dependiente de las ONG y de los servicios básicos que estas ofrecen. Ahora, subraya Sabbagh, teniendo en cuenta "el impacto socioeconómico a largo plazo" que trae consigo la pandemia, cabe esperar que "incluso más personas necesiten asistencia urgente y que las necesidades humanitarias se agudicen de forma significativa en los próximos meses".

"Lo que comenzó como una crisis sanitaria, con un grave impacto en la población, especialmente en los más vulnerables, es también una crisis económica con impacto directo en las oportunidades de medios de vida" de estos tres estados, incide la portavoz, reclamando por ello "fondos urgentes" no solo para financiar la respuesta frente a la pandemia sino para mantener la asistencia de la que ya antes dependían "desesperadamente" millones de personas. La petición de fondos para este año asciende a 839 millones de dólares.

SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN

Afortunadamente, según Sabbagh, las agencias humanitarias no esperaron a que el coronavirus llegara al noreste de Nigeria para actuar, sino que ya antes se desarrollaron programas de sensibilización y prevención. Así, se están instalando puntos para el lavado de manos, se está distribuyendo jabón y se está "enseñando a la gente cómo fabricar su propio jabón o a clorar el agua". "También se han multiplicado las sesiones de sensibilización y de concienciación", añade.

Asimismo, se está apoyando a las autoridades con "equipos de respuesta rápida, identificación de casos y seguimientos de contactos" y se están creando centros de cuarentena o aislamiento en varias zonas de los tres estados, además de tener preposicionada ayuda por si en un futuro no se puede acceder a determinadas zonas.

No obstante, reconoce, "como en todos los países tener un número suficiente de mascarillas o test sigue siendo un desafío, no solo en el noreste sino en muchas zonas de Nigeria". Sin embargo, el hecho de que cada año se produzcan brotes de cólera o sarampión ha permitido a los actores humanitarios "una rápida activación de las acciones de preparación y prevención" frente a la COVID-19, añade.

OCHA / Eve Sabbagh

Además, "los actores humanitarios han tenido que cambiar totalmente el modo en el que trabajan" con el fin de evitar con su labor contribuir a la propagación del coronavirus, señala la portavoz de la OCHA. Así por ejemplo, se ha optado por campañas de sensibilización puerta a puerta y en las distribuciones de ayuda y las clínicas se mantiene la distancia de seguridad.

Por otra parte, se han reducido los desplazamientos de personal y solo los trabajadores esenciales se trasladan a terreno "para mantener el reparto de ayuda al tiempo que se reduce la propagación del virus a las comunidades a las que estamos aquí para ayudar", añade.

COMBATIR RUMORES Y DESINFORMACIÓN

Sabbagh reconoce que uno de los desafíos es hacer entender a la población la amenaza que supone esta enfermedad. "Ha llevado algo de tiempo que la gente en el noreste se dé cuenta de que también puede afectarles a ellos y sigue habiendo rumores y desinformación muy extendidos", lamenta, subrayando que "esto plantea un gran riesgo para los trabajadores humanitarios en primera línea, pero sobre todo para las comunidades vulnerables".

"Tener confianza en los cooperantes que les ayudan y adoptar medidas de prevención será crítico para reducir el riesgo de una rápida propagación del virus en Borno, Adamawa y Yobe", incide, al tiempo que advierte de que también es "absolutamente esencial facilitar el acceso a los trabajadores humanitarios y la asistencia que ofrecen".

OCHA / Eve Sabbagh

Para la portavoz de la OCHA en Nigeria, "el peor escenario sería un contagio generalizado de COVID-19 en los superpoblados campos de desplazados". Por ahora, las autoridades de Borno han restringido los movimientos de entrada y de salida de dichos campos para "evitar este escenario" y los trabajadores humanitarios también han llevado a cabo acciones de prevención y concienciación.

No obstante, dada la próxima llegada de la estación de lluvias y ante los recurrentes incendios, es prioritario "facilitar el acceso humanitario sin restricciones para que la ayuda pueda ser entregada a quienes la necesitan, especialmente mientras los movimientos estén restringidos" y también "descongestionar los campos, ya que uno de cada dos está superpoblado y esto aumenta el riesgo de una rápida propagación del virus".

"Ahora es el momento de silenciar las armas", añade Sabbagh. "La COVID-19 no conoce fronteras y cualquiera puede contagiarse así que es esencial que todos los actores en este conflicto faciliten el acceso a los trabajadores sanitarios y humanitarios para ofrecer asistencia y evitar consecuencias desastrosas sobre una población ya de por sí frágil tras diez años de conflicto y recurrentes embates climáticos y brotes de enfermedades", remacha.